Título original: Resident
Evil: Retribution
Año: 2012
Dirección: Paul W. S.
Anderson
Resdent Evil es el ejemplo de cabecera a la hora de hablar de “survival horrors”.
Aunque hay otras sagas similares, ninguna ha alcanzado el grado de popularidad
de los habitantes de Raccoon City.
Grandes personajes y
escenarios, una historia bien desarrollada y ese suspenso constante de no saber
que se encontraba detrás de cada puerta; no fue sorpresa que la saga se
trasladara al cine, pero nadie imaginó el camino que tomaría.
Alice. Igual que siempre. |
Las siguientes entregas
introdujeron más elementos de la historia original (en especial la segunda
parte) como personajes y giros narrativos o escenas extraídas casi directamente
de los juegos, pero la trama seguía un rumbo independiente que se llevaba
siempre un poco más al extremo con cada entrega como una competencia implícita
de que tan espectacular y épica sería la siguiente Resident Evil, pero en el
camino falló rotundamente.
Al igual que la primera,
Paul W. S. Anderson regresa con esta quinta entrega titulada “Resident Evil 5: Venganza”.
Uno pensaría que la saga bajaría un poco más a tierra buscando rescatar lo
perdido con las entregas anteriores, aunque por lo visto no pudo escapar del
estigma de sus predecesoras, dejándonos con una cinta que hace justicia a la saga
únicamente porque comparten el mismo nombre.
Por supuesto que hay
nuevos personajes del juego en esta entrega, pero totalmente
descontextualizados y mal personificados, sencillamente ocupan un lugar debido
a que no aparecieron en las películas anteriores. Malos diálogos, pobres
actuaciones y ningún trasfondo que lo respalde o le sumen interés a los
personajes, así debuta mediocremente Leon S. Kennedy, uno de los favoritos del
video juego.
Mismo director. Mismo monstruo. Ahora en versión XL. |
Reaparecen viejos personajes
ahora como enemigos. Una malvada Jill Valentine que ocupa un lugar para hacer una referencia descontextualizada del juego (RE 5 en este caso) y regresa Michelle Rodriguez en forma clonada aunque nadie la extrañaba. La historia
paralela que se desarrolla en base a la clonación y perfeccionamiento del “Proyecto
Alice” han ocupado tal lugar que hasta nos hace olvidarnos de la verdadera amenaza
de muertos vivientes.
Alice es un personaje
particular. Aunque nos guste o no, su desarrollo a lo largo de la saga aportaba
y enriquecía la continuidad de la misma, pero en esta última entrega pareciera
que el personaje ya no tiene nada más que aportar.
Malas actuaciones, malos
diálogos y acción gratuita sin una historia que atrape. Si en la primera los
protagonistas se tenían que enfrentar a un “licker” (una de las criaturas), en
esta tenemos un “super licker” gigante que no hace más que demostrar esa
necesidad de “agrandamiento” de la saga, entrega tras entrega, que ha
transformado a Resident Evil en algo que los verdaderos fanáticos de los video
juegos ya no reconocen.
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