Año: 2005
Dirección: Andrzej Bartkowiak
Literalmente la palabra “doom” traducida al español significa “perdición”. Inclusive sin saber esto, su simple pronunciación evoca una sensación similar, como algo nefasto y peligroso.
Haciendo honor a su nombre, ID Software lanzó a comienzo de los 90’s este título repleto de demonios, zombies y seres repugnantes para la DOS. La historia transcurría en una estación del planeta Marte donde una falla en una puerta interdimensional permitió la entrada de los seres del infierno. El jugador interpretaba al único marine sobreviviente de la catástrofe; avanzando por distintos niveles plagados de estos monstruos y utilizando varios tipos de armamento en su camino.
Clásico. |
ID Software ya contaba
con “Wolfstein 3D” en su haber, pero el gran logro de “Doom” fue el
perfeccionamiento del formato en “primera persona”, siendo considerado hoy en día
como el videojuego que sentó las bases de un género que en la actualidad se
muestra más popular que nunca con títulos como “Call of Duty” o “Halo”.
La adaptación al cine es
una forma de marketing contemporáneo al
“Doom 3” (más considerado un remake
que un nuevo capítulo). Sin embargo esta tercera entrega plantea un desarrollo
más profundo de la historia y una atmósfera que da tanto énfasis al suspenso
como a la acción. La película se toma sus libertades con respecto al juego
original y a este último, aunque estos cambios tampoco generan grandes
alteraciones y hasta pueden resultar entendibles por la ausencia de desarrollo
narrativo que plantea el primero de la saga. Por lo que podríamos decir que
esta cinta está inspirada en “Doom” más que tratarse de una adaptación fiel.
Nada en esta película es
único, nuevo o soberbio, pero al mismo tiempo, nunca promete algo que no pueda
entregar. Tipos rudos, armas y monstruos. Entretenimiento y nada más, aunque
pareciera que eso es algo malo, pero no hay mal alguno en tirarse a ver un film
que no requiere nada por parte del espectador más que las ganas de distraerse
un poco.
Dwayne Johnson (aka “The
Rock”) funciona bien su rol por la poca necesidad de matices actorales
requeridos y que sabemos que este “actor” no tiene. Fuerza bruta y
maquiavelismo a punta de pistola, mientras Karl Urban (el nuevo “Judge Dredd”) presenta
la otra cara de la moneda y contribuye al desarrollo de algunas propuestas
narrativas de la cinta sobre las diferencias que dividen al hombre “bueno” del “malo”.
Ninguno de los dos dignos de un Oscar, pero nada en “Doom” pretende alcanzar
una estratósfera que no le corresponde y eso al fin de cuentas le juega a su
favor.
Doom 3. |
Sobre el final se
reproduce una escena en primera persona como extraída directamente del
videojuego, aunque carente de sustos y tensión, más bien una pequeña guiñada
para los gamers que no tomamos en
serio la película, pero se aprecia el esfuerzo. El gran problema es la ausencia
de más elementos del juego. Hace falta más doom
en la receta, y esta es la peor falla de la película. Nos olvidamos de a momentos
en que se basa esta cinta, y si debiéramos adivinar, probablemente nos vendrían
a la mente muchos nombres antes que el de “Doom”. Nunca se llega a la acción de
la entrega original ni a la tensión de la tercera, por lo que se genera
una atmósfera híbrida que poca justicia hace a su materia prima.
Sin embargo, como
mencione anteriormente, “Doom” no hace falsas promesas y en su propio esqueleto
los personajes y narración consiguen sostenerse por sí solos entregando un film
“entretenido” que podría haber sido mucho, mucho peor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario