domingo, 18 de noviembre de 2012

Los Imperdonables.

Título original: Unforgiven
Año: 1992
Dirección: Clint Eastwood


Año 93. Mejor película, mejor director y mejor actor de reparto (Gene Hackman). No me refiero al aval de los Oscars y una especie de “intachable reputación” e incuestionable buen gusto; la estatuilla puede indignar a algunos e incluso “equivocarse” tal vez. Sin embargo hago mención de esto para recalcar lo fácil y obvio de una reseña sobre “Los Imperdonables”, por lo que prefiero llamar a esta nota un humilde homenaje para, lo que en mi opinión, es una de las mejores cintas de todos los tiempos.

Hay muchos westerns clásicos ya conocidos por todos, pero en el caso de esta película, nos encontramos ante oro tipo de historia y tratamiento que se eleva por encima de su propio género.
Estos films han marcado siempre una clara línea que divide al “bueno” del “malo”, sobre todo en los americanos, donde John Wayne no aceptaría disparar a un hombre por la espalda o mostrar una faceta “deshonrosa” y de dudosa reputación. A diferencia de los directores italianos y sus “spaghetti westerns”, sus personajes no son tan estructurados ni derechos. Sus héroes son también anti héroes y utilizarán cualquier medio posible para hacerse con la suya y borrar esa línea divisoria generando personajes tan atractivos desde los dos lados de la misma.
Por supuesto capaces de atinarle a una mosca en pleno vuelo o batir a cuatro tipos al mismo tiempo (siempre de pésima puntería) sin perder la pose o olvidarse de esas frases cool tan propias del género.
Merecido Oscar.
De todas formas no es mi intención detenerme a analizar el género en sí o marcar las diferencias (con algunas excepciones) entre los americanos y los italianos. Como mencioné, mi intención es recalcar lo que hace de “Los Imperdonables” otro tipo de western
Es importante tener en cuenta que un film de este tipo, de haber seguido las reglas básicas de la receta, no hubiese tenido tal repercusión a principio de los 90s. Su estructura estaba en desuso y ya poco atractiva para un público que pareciera conocer de memoria el formato.
Desde el comienzo esta película deja de lado los ingredientes, hasta avanzada la misma, sin determinar claramente los roles de sus personajes. El sheriff no necesariamente es el bueno y los bandidos los malos, sino que cada uno tiene sus métodos y pasados que hace de los personajes tan queribles y humanos al mismo tiempo. Lo que me gusta catalogar como “cowboys con consciencia” y un desarrollo de los mismos que genera un empatía y una verosimilitud soberbiamente plasmada.
No estamos ante pistoleros invencibles, sino tipos ya entrados en edad  buscando corregir y olvidar sus errores mientras se embarcan en una nueva empresa para la cual ya se encuentran bastante oxidados. Fallan en puntería, no son tan hábiles montando a caballo y la vida de un hombre no se vuelve algo tan fácil de arrebatar.
Gigantes.
Tampoco debemos olvidarnos que esto sigue siendo un western y “Los Imperdonables” se ocupa de mantener esto siempre presente con unos escenarios y diseños muy bien logrados y sí, frases cool, pero que conllevan mensajes más allá de lo “lindo” que suenan como: “It’s a hell of a thing killing a man” (es todo un tema matar a un hombre), donde sucede un dialogo sobre la vida y la muerte e inclusive podemos ver a estos “tipos duros” quebrándose y sintiendo miedo.
Sus personajes son memorables, con Gene Hackman retratando a un “malo” excepcional y el desarrollo de la relación entre Clint Eastwood y Morgan Freeman que resaltan lo que es la amistad, el remordimiento y la lealtad de la mano de dos gigantes del cine. También la incursión del ya difunto Richard Harris (más conocido por muchos como “Albus Dumbledore” o “Marcus Aurelius”) donde se refuerza la desmitificación y la estructura del clásico cowboy
Personalmente me fascina ese “volver de una vieja leyenda” ya evolucionada, cansada y alejada de su edad dorada. Al estilo de un Anthony Hopkins haciendo de “viejo Zorro” o un Harrison Ford que regresa en busca de la Calavera de Cristal.
La escena final de esta película deja eso más que claro al mismo tiempo que recalca que los seres humanos somos agentes del cambio, pero que los pilares que conforman nuestra arquitectura rara vez pueden derrumbarse.
Clint Eastwood se ha puesto muy de moda últimamente en su faceta de director (hasta debatible si no es más que su calidad de actor) con cintas como “Río Místico” o “Gran Torino”. Sin embargo, en mi humilde opinión y en este pequeño homenaje, simplemente quería dejar en claro que “Los Imperdonables”  es, y será por siempre, una de mis películas favoritas de todos los tiempos.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Doom (De los videojuegos al cine. Parte 2)

Título original: Doom
Año: 2005
Dirección: Andrzej Bartkowiak


Literalmente la palabra “doom” traducida al español significa “perdición”. Inclusive sin saber esto, su simple pronunciación evoca una sensación similar, como algo nefasto y peligroso.
Haciendo honor a su nombre, ID Software lanzó a comienzo  de los 90’s este título repleto de demonios, zombies y seres repugnantes para la DOS. La historia transcurría en una estación del planeta Marte donde una falla en una puerta interdimensional permitió la entrada de los seres del infierno. El jugador interpretaba al único marine sobreviviente de la catástrofe; avanzando por distintos niveles plagados de estos monstruos y utilizando varios tipos de armamento en su camino.

Clásico.
ID Software ya contaba con “Wolfstein 3D” en su haber, pero el gran logro de “Doom” fue el perfeccionamiento del formato en “primera persona”, siendo considerado hoy en día como el videojuego que sentó las bases de un género que en la actualidad se muestra más popular que nunca con títulos como “Call of Duty” o “Halo”. 
La adaptación al cine es una forma de marketing contemporáneo al “Doom 3” (más considerado un remake que un nuevo capítulo). Sin embargo esta tercera entrega plantea un desarrollo más profundo de la historia y una atmósfera que da tanto énfasis al suspenso como a la acción. La película se toma sus libertades con respecto al juego original y a este último, aunque estos cambios tampoco generan grandes alteraciones y hasta pueden resultar entendibles por la ausencia de desarrollo narrativo que plantea el primero de la saga. Por lo que podríamos decir que esta cinta está inspirada en “Doom” más que tratarse de una adaptación fiel.
Nada en esta película es único, nuevo o soberbio, pero al mismo tiempo, nunca promete algo que no pueda entregar. Tipos rudos, armas y monstruos. Entretenimiento y nada más, aunque pareciera que eso es algo malo, pero no hay mal alguno en tirarse a ver un film que no requiere nada por parte del espectador más que las ganas de distraerse un poco.
Dwayne Johnson (aka “The Rock”) funciona bien su rol por la poca necesidad de matices actorales requeridos y que sabemos que este “actor” no tiene. Fuerza bruta y maquiavelismo a punta de pistola, mientras Karl Urban (el nuevo “Judge Dredd”) presenta la otra cara de la moneda y contribuye al desarrollo de algunas propuestas narrativas de la cinta sobre las diferencias que dividen al hombre “bueno” del “malo”. Ninguno de los dos dignos de un Oscar, pero nada en “Doom” pretende alcanzar una estratósfera que no le corresponde y eso al fin de cuentas le juega a su favor.
Doom 3.
Sobre el final se reproduce una escena en primera persona como extraída directamente del videojuego, aunque carente de sustos y tensión, más bien una pequeña guiñada para los gamers que no tomamos en serio la película, pero se aprecia el esfuerzo. El gran problema es la ausencia de más elementos del juego. Hace falta más doom en la receta, y esta es la peor falla de la película. Nos olvidamos de a momentos en que se basa esta cinta, y si debiéramos adivinar, probablemente nos vendrían a la mente muchos nombres antes que el de “Doom”. Nunca se llega a la acción de la entrega original ni a la tensión de la tercera, por lo que se genera una atmósfera híbrida que poca justicia hace a su materia prima.
Sin embargo, como mencione anteriormente, “Doom” no hace falsas promesas y en su propio esqueleto los personajes y narración consiguen sostenerse por sí solos entregando un film “entretenido” que podría haber sido mucho, mucho peor.