jueves, 11 de octubre de 2012

Dos Hermanas (A Tale of Two Sisters).

Título Original: Janghwa, Hongryeon
Año: 2003
Dirección: Jee-woon Kim


Como ya todos sabemos, cada vez falta menos para el regreso de Schwarzenegger a la pantalla grande en un protagónico. Muchas opiniones y predicciones andan boyando por la web. Pareciera que todos estamos de acuerdo en lo esperado de este regreso y lo cliché y cursi que puede llegar a ser “The Last Stand”, pero al mismo tiempo, realmente no nos importa.
Sin embargo poca atención se le ha prestado al director responsable de comandar este regreso: Jee-woon Kim.
Su nombre quizás no nos suene y tampoco cuenta con una filmografía demasiado extensa, pero ya tiene en su haber un par de joyitas, entre ellas “A Tale of Two Sisters”.
Estrenada en el año 2003, esta película se denota a primera vista como un film de “terror asiático”, aunque sus matices terminan por develar un cuadro que mejor estaría catalogado dentro de un thriller psicológico.
La portada muestra una foto de una familia donde se ven dos chicas jóvenes sentadas en un sofá vistiendo pijamas ensangrentados. Desde aquí la presentación no me genera demasiado y hasta me resulta predecible. Inmediatamente se nos vienen a la cabeza los elementos básicos de este tipo de terror donde sabemos habrá sangre, momentos desagradables, vueltas impredecibles de última hora al estilo “Sexto Sentido” (aunque ya se han vuelto predecibles y agotadas como las cámaras lentas de “Matrix”) y esos fantasmas cruza entre un shinigami y un yokai.
Nuestra protagonista.
Vamos a encontrar varios de estos elementos, pero no excesivos o inútiles, sino que cada pieza en este film calza perfecta con la otra para así dejarnos absolutamente desconcertados. Suena contradictorio, pero una vez completado, debemos tomarnos un momento para ver todas las piezas juntas y darnos cuenta de lo tenebroso, sutil y (quizás) obvio de la imagen completa.
Jee-woon Kim consigue generar un atmósfera que baila entre lo incómodo y lo macabro, pero nunca abusando de lo explícito y manteniendo un suspenso que sostiene a toda la película. Aunque también cuenta con muy buenas actuaciones, gran manejo de cámara y uso de flashbacks bien justificados en una armonía narrativa.
Jee-woon Kim.
Al referirme a “armonía narrativa”, quiero recalcar que los elementos del rompecabezas están ahí, aunque no un orden preciso ni a una velocidad determinada. No simplemente el final revela esa verdad oculta, sino que todo el film provee constantemente pequeños guiños para atar varios cabos.
No se trata de un mundo diferente, una realidad que depende de una pastillita azul o roja o un poder de percepción que el ser humano ordinario no puede alcanzar. Se trata de una realidad que se forma en base a tragedias y sucesos asociados directa e indirectamente con una cotidianidad que nos resulta molesta e incómoda.
Recomiendo no dejarse guiar por el arte de la tapa como mencioné anteriormente. No se trata de una cinta gore ni nada por el estilo. Es un drama con leves gotas de terror y suspenso del bueno.
Me llama la atención que este director ahora tenga en manos el regreso de Arnold. Por un lado el trailer pareciera dar a entender algo que ya podemos prever, pero al mismo tiempo, viendo películas como esta, me pregunto si no tendrá alguna sorpresa para con la vuelta de Mister Olympia.
Mientras tanto les recomiendo vean “A Tale of Two Sisters”. Aunque hoy día no es lo más original y utiliza recursos ya agotados, no por eso deja de estar bien desarrollada y consciente de lo que quiere. Fija su objetivo, apunta, dispara y acierta no muy lejos del blanco; y eso no es poca cosa, cuando sobran ejemplos de directores con armas de millones y millones de dólares y pésima puntería.

lunes, 8 de octubre de 2012

Rec.

Título Original: Rec
Año: 2007
Dirección: Jaume Balagueró/Paco Plazas

Comenzaré por admitir que soy un gran admirador del cine de zombies. Esa atmósfera de espacios cerrados, corredores oscuros, muebles formando barricadas y el instinto humano de supervivencia.
Hay algo en el género que nos atrae. Los años han ramificado el formato clásico en zombies veloces, animalescos, torpes e inteligentes pero siempre conservando esa constante de una amenaza que podríamos vencer, pero nuestras propias limitaciones como seres humanos y el maelstrom de emociones bajo tensión no nos permite organizarnos e inevitable y lentamente iremos cayendo de a uno.
Tarde o temprano caen.
Si bien muchos hoy en día estaríamos más que instruidos y preparados para una amenaza zombie, la historia de los mismos en el cine ha demostrado que tarde o temprano la infección no puede ser contenida y se propaga a nivel mundial. Aquí se puede distinguir dos tipos de cine de zombies: el apocalíptico y el contemporáneo.
El primero se puede definir como una distopía donde somos los humanos la raza en extinción en un mundo donde ya no hay vuelta atrás y cada vez escasean más los recursos. El segundo generalmente se centra en pequeños grupos de personas confinados a un espacio reducido donde la amenaza no ha alcanzado un nivel global, aunque si puede tratarse de toda una ciudad infestada o una película de “outbreak”.
En el 2007 se estrena “Rec”. Película española dirigida por Jaume Balagueró y Paco Plaza, filmada en formato de “falso documental”. Este tipo de films atrae o ahuyenta a varios. Hay algo en ese formato que algunas personas no toleran y otras admiran. En lo personal no soy un fanático de este tipo, aunque no lo rechazo ya que he visto grandes cintas filmadas de esta manera.
La historia sería del tipo “contemporáneo” donde una reportera sigue las actividades diarias de un escuadrón de bomberos que son llamados a un viejo edificio en donde los habitantes se quejaban de los gritos y golpes de una de las vecinas. Lo que parece una visita de rutina termina con el edificio cercado por la GEO y el equipo de “Sanidad”, impidiendo la salida de todos los que se encuentran dentro. Desconcertados y asustados, los protagonistas deberán buscar la forma de salir por sus propios medios al mismo tiempo que intentan entender y defenderse de lo que parece una infección desconocida que transforma a la gente en zombies.
“Rec” no aporta demasiado al género. Se busca hacer una buena película de zombies respetando los ingredientes clásicos reforzados con personajes creíbles, una narración sólida, una atmósfera bien lograda y buenas actuaciones. En este caso el formato de “falso documental” funciona muy bien y suma al todo, agregándole más verosimilitud al relato y empatía con los personajes, al mismo tiempo que eleva la tensión.
Estás un poquito pálida querida.
Por supuesto que no faltan los sustos gratuitos y predecibles. Esos momentos de silencio donde uno ya sabe que al abrir la siguiente puerta va a haber un zombie listo para saltar frente a la cámara, pero este cliché es típico del género y entra en los ingredientes básicos de la receta.
Uno de los mejores puntos que plantea la película, es el darle una explicación al origen de la infección alejada del formato de arma bacteriológica o de laboratorio. Con una escena final que recordaremos por varios días y un “cierre” (aunque el cine de zombies nunca cierra) bastante original y creíble.
Con tantos reciclajes hoy en día y cintas predecibles que surcan la pantalla sin pena ni gloria, “Rec” es una visita obligatoria para cualquier fanático del género y del cine de terror en general. Lo poco que aporta lo logra muy bien y el resto lo respeta sin giros o personajes innecesarios y es un claro ejemplo de que muchas veces menos es más.

lunes, 1 de octubre de 2012

Akira.

Título Original: Akira.
Año: 1988
Dirección: Katsuhiro Otomo



Si les interesa el manga y el animé, o sienten un gusto por la animación en general, sin lugar a dudas habrán escuchado alguna vez el nombre “Akira” o recordarán haber visto en la web o algún otro medio, la imagen de un muchacho de chaqueta roja junto a una motocicleta futurista del mismo color.
El alcance está película ha traspasado fronteras y de alguna forma su título “nos suena” (sin mencionar a Kurosawa), pero no todos la han visto.
Tetsuo.
La premisa de Akira se basa en que los humanos contamos con una energía interior que en mayor medida “duerme” dentro de nosotros y es esta energía la que nos conecta con el resto del universo. Resumido a su raíz no parecería nada que no hayamos escuchado antes, una especie de apología de un Nirvana o Satori, pero a diferencia de estos conceptos de iluminación, este “depertar” está condicionado por las emociones humanas y su uso puede ser tan frágil como destructivo.
Tetsuo es el menor de una banda de motoqueros a quién siempre lo toman por el más débil o incapaz. Aunque querido por sus compañeros, un sentimiento de rechazo e impotencia lo acompaña y una vez que, por accidente, consigue “despertar” busca cobrar su venganza con el mundo sin comprender realmente lo que sucede o los límites a los que podría llevar este poder sin ser consumido por él.
La ciudad de “Neo-Tokyo”(donde transcurre la historia) es una cosmopolita cyberpunk soberbiamente lograda. Gigante con sus recovecos iluminados por los neones de las super corporaciones, mientras reina un caos urbano y los jóvenes atraviesan las calles oscuras en sus motos hacia un futuro decadente y desordenado.
La historia es sumamente sólida y en parte se debe a la agilidad de su narrativa y el desarrollo que tiene sus personajes. No hay mucho trasfondo ni demasiado, dándole a sus protagonistas la dosis justa y necesaria sin llegar nunca a cansarnos.
Neo-Tokyo.
Sin embargo uno de los puntos más memorables de Akira son sus colores, escenarios y la calidad de su animación.
Visualmente Akira es simplemente espectacular, inclusive para los estandartes de hoy en día. Las luces y colores de Neo-Tokyo valen la pena por sí solos así como los movimientos de sus personajes y esas escenas llenas de velocidad que denotan lo minucioso y pulido de cada uno de sus cuadros.
Se podría decir que su estética deja en claro que este film tiene algunos años ya, pero al mismo tiempo, esto es un documento de lo que es una animación de calidad que buscó ser grande desde el primer día y ha comprobado ser algo gigante que se mantiene vigente casi treinta y cinco años después de su estreno.
Algunos de los que gustan abuchear a los 80’s, podrán presentar una queja en cuanto a lo “ochentoso” de su banda sonora, pero no olvidemos que este film vio la luz en 1988 y su música no solamente reafirma la postal de una época sino que acompaña la cinta de forma soberbia dándole un cierre a todos sus componentes.
Lo primero que pienso cuando recuerdo Akira son las palabras “calidad” y “trabajo”. Una obra que deja en claro lo que es “animación de primera de clase” y la cantidad de tiempo y esfuerzo que han puesto en él.
Todos deberíamos ver Akira al menos una vez. No por casualidad sigue siendo un clásico hasta la fecha y no me sorprendería que siguiera siendo excelente de aquí a treinta y cinco años más.

Klaus Kinski (1926-1991).



Días de lluvia. Café, libros, películas y eternas visitas a lugares comunes y otros olvidados en el abanico de lo cotidiano; en un punto muerto con sabor a impertinencia me zambullo en Herzog, en su vampiro y en el hombre detrás de él: Klaus Kinski, el último gran actor del cine alemán.
Pocas colaboraciones han sido tan fructíferas como insoportables. Herzog es grande, Kinski también lo es, pero ambos se volvieron enormes más allá de la pantalla.
Klaus Kinski es ese “maldito genio” al que nos encanta odiar y admirar. Tan macabro como vulnerable, cada una de sus actuaciones te absorbe y sacude mientras de a momentos apartamos nuestras miradas para evitar sus ojos. ¿De dónde proviene esa energía que consigue atormentarnos y enamorarnos al mismo tiempo? Teatro, sexo, Shakespeare, París, celos, lujo, selvas, barcos, dientes e interminables cabalgatas nocturnas.
Aguirre.
Apreciar a Kinski en pantalla es suficiente para disipar cualquier duda en cuanto  a su calidad actoral, pero mi propuesta, para con ustedes lectores, va más allá.
Los invito a descubrir a un ser humano único, un cúmulo de sensaciones e incertidumbres. Donde el amor se vuelve odio y el odio se vuelve una obra maestra. Un ser atormentado por sus propios caprichos, que lo lleva a destruir cuanto tiene, para volver a recomponerlo y así destruirlo nuevamente.  Kinski no actúa, él es. Y aunque pareciera poco novedoso semejante veredicto, su aparición dejaba en claro una genialidad producto de un profundo sufrimiento.
Las duplas exitosas al estilo Burton – Depp, o Scorsese – DiCaprio, no nos son ajenas, más o menos exitosas, siempre respetables pero no siempre geniales. Herzog y Kinski consiguieron algo que pareciera haberse perdido lentamente en el transcurso de la historia. Ese halo de caos y aventura, de sinceridad y desprecio,  la unión de lo natural y lo exótico; han elevado películas como Fitzcarraldo al nivel de lo que se conoce como “cine arte”. Sin embargo a Kinski poco le interesaban esos asuntos, él manifestaba públicamente que su interés era siempre el dinero. Incluso rechazó directores de la talla de Fellini y Truffaut. Pero al mismo tiempo su fama de anti héroe y su conocido mal temperamento lo transformaron en esa ambigüedad que odiamos pero no podemos evitar.
Herzog y Kinski.
Al finalizar su último trabajo en conjunto titulado Cobra Verde (1987), Kinski se acerca a Herzog al terminar la última escena y le dice: “No puedo continuar. He dejado de ser.” Y quizás sea esta la forma en que se despide un genio a quién la inmortalidad ya le es indiferente.
Cuatro años más tarde Kinski muere de un paro cardíaco, no sin antes escribir, producir, dirigir y protagonizar su obra Paganini, la cual merecería un análisis aparte. Bastante material de archivo para el documental “Mein liebster Feind” (1999) donde se retrata la tormentosa relación de estos dos seres.
Recomiendo visiten la filmografía de esta dupla. Sus películas hablan mejor que yo. Y si no han perdido el hábito de la lectura, busquen “Yo necesito amor” la autobiografía (bastante surrealista de a momentos) de Kinski y “La conquista de lo inútil” donde están los apuntes de viaje de Herzog durante el rodaje de Fitzcarraldo

"Me vendo a mí mismo por el precio más alto. Exactamente como una prostituta. No hay diferencia alguna." (Klaus Kinski)