jueves, 20 de septiembre de 2012

Los Caballeros del Zodiaco Omega.

Título original: Saint Seiya Omega
Año: 2012
Estudio: Toei



Desde abril de este 2012, Toei Animation regresa con “Saint Seiya Omega”, serie que supone la continuación del manga original después de los acontecimientos en “La saga de Hades”.
Saori Kido (la reencarnación de Atena) sostiene al pequeño Koga en brazos cuando Marte (enemigo principal y dios de la guerra) se presenta para llevarse a la diosa para así establecer su nuevo orden. Inmediatamente aparece Seiya portando la armadura dorada de Sagitario para proteger a Atena mientras el niño observa asombrado a esta figura poderosa que le hace frente al enemigo.
Han pasado varios años (aunque no especifica cuantos, pero podemos deducir unos veinte aproximadamente) desde la última Guerra Santa con el señor del inframundo. Koga entrena para obtener la armadura de Pegaso, aunque duda de la existencia de Atena y de su deseo de convertirse en caballero. Sin embargo cuando Marte consigue llevarse a Saori sin que él pueda hacer nada, su determinación lo lleva a emprender la búsqueda por rescatar a la que ahora reconoce como la verdadera diosa portando la armadura de Pegaso.
Saori, Koga y Soma.
Sin la participación directa de Masami Kurumada; esta serie presenta una nueva alineación de santos de bronce: Soma  del León Menor, Yuna del Águila (metáfora de liberación quién ya decide no ocultar su rostro como acostumbraban los santos femeninos), Haruto del Lobo, Edén de Orión (hijo de Marte y con sentimientos encontrados) Ryuhou del Dragón (hijo del legendario Shiryu) y Koga de Pegaso.
Para los que nacimos en los ochentas, los santos de bronce originales nunca podrán ser reemplazados, pero el tratamiento que se le da a los nuevos llegados está muy bien logrado y en un contexto que se vuelve creíble y ayuda a asimilar a estas nuevas caras con naturalidad.
Tras las continuas batallas, los viejos santos ya no pertenecen y el Santuario alberga esperanzas en esta nueva generación. Sin embargo uno de los mejores puntos de la series es el rol que se le da a los ahora conocidos como “Santos legendarios”, los viejos héroes, que aparecen eventualmente para ayudar a nuestros protagonistas, pero ya al margen de los acontecimientos actuales.
Algunos otros viejos no tan conocidos ocupan también sus roles en calidad de consejeros o directores de institutos de entrenamiento. Mientras tanto, a excepción de nuestro protagonista, los nuevos caballeros de plata y oro que no reconocen a Saori, defienden a Aria, una muchacha a quién Marte presenta como la verdadera Atena y crea las nuevas doce casas para protegerla de nuestros protagonistas “rebeldes”.
La serie introduce un par de novedades. Las armaduras ahora son portadas en forma de “cristal de armadura” ya sea un colgante o una pulsera y no aquellas viejas y pesadas cajas con las que debían cargar. Las nuevas armaduras conservan la esencia de las originales, pero estilizadas a un formato siglo XXI dando hincapié a la flexibilidad más que al poder. La introducción más grande son los elementos. Al mejor estilo Pokemon o un RPG, cada armadura corresponde a un elemento que sufre ventajas y desventajas frente a los otros, pero al mismo tiempo esto está justificado en la serie como un descubrimiento reciente, e incluso algunos de los viejos guerreros de bronce reconocen no poder manipularlos debidamente, por lo que no consigue profanar horriblemente lo clásico.
El legendario Seiya.
Uno de los argumentos que está muy bien logrado es la relación entre Seiya y Koga. Actualmente se desconoce el paradero del antiguo Pegaso, pero este aparece de a momentos como un ser casi divino que aflora en Koga, una relación metafísica que no aclara si tiene una faceta de reencarnación o la de una relación padre-hijo.
Los diseños de personajes pueden resultar un poco infantiles para algunos, pero la buena calidad de la animación nos hace despreocuparnos sobre ese tema.
Los viejos fanáticos de la serie que no se permiten modificar ningún aspecto deberían alejarse inmediatamente, pero sin prejuicios y abiertos a una nueva propuesta, esta entrega merece una mirada. La música sigue siendo tan buena como las batallas, la historia es sumamente sólida y la nostalgia de encontrarse a los viejos santos de bronce esperando su regreso triunfal nos impulsa a seguir la narración.  Una interesante mirada y un buen comienzo para las generaciones que todavía no saben lo que son los “Meteoros de Pegaso”.

Resident Evil 5: Venganza.


Título original: Resident Evil: Retribution
Año: 2012
Dirección: Paul W. S. Anderson


Resdent Evil es el ejemplo de cabecera a la hora de hablar de “survival horrors”. Aunque hay otras sagas similares, ninguna ha alcanzado el grado de popularidad de los habitantes de Raccoon City.
Grandes personajes y escenarios, una historia bien desarrollada y ese suspenso constante de no saber que se encontraba detrás de cada puerta; no fue sorpresa que la saga se trasladara al cine, pero nadie imaginó el camino que tomaría.
Alice. Igual que siempre.
La primera entrega ya marcó un alejamiento de la historia original o al menos sentó las bases de una pre cuela de los acontecimientos por venir y que todo fanático de la franquicia conoce. La película no estaba mal formulada y su historia se sostenía por sí misma sin necesidad de depender de grandes actores o sobredosis de efectos digitales y conservando un balance entre la acción y el suspenso.
Las siguientes entregas introdujeron más elementos de la historia original (en especial la segunda parte) como personajes y giros narrativos o escenas extraídas casi directamente de los juegos, pero la trama seguía un rumbo independiente que se llevaba siempre un poco más al extremo con cada entrega como una competencia implícita de que tan espectacular y épica sería la siguiente Resident Evil, pero en el camino falló rotundamente.
Al igual que la primera, Paul W. S. Anderson regresa con esta quinta entrega titulada “Resident Evil 5: Venganza”. Uno pensaría que la saga bajaría un poco más a tierra buscando rescatar lo perdido con las entregas anteriores, aunque por lo visto no pudo escapar del estigma de sus predecesoras, dejándonos con una cinta que hace justicia a la saga únicamente porque comparten el mismo nombre.
Por supuesto que hay nuevos personajes del juego en esta entrega, pero totalmente descontextualizados y mal personificados, sencillamente ocupan un lugar debido a que no aparecieron en las películas anteriores. Malos diálogos, pobres actuaciones y ningún trasfondo que lo respalde o le sumen interés a los personajes, así debuta mediocremente Leon S. Kennedy, uno de los favoritos del video juego.
Mismo director. Mismo monstruo.
Ahora en versión XL.
Pero uno de los mayores errores de esta entrega es la espectacularidad que intenta alcanzar. Se desborda de efectos especiales para darle lugar al 3D y preponderancia a la acción eliminando la atmosfera y el suspenso por el cual la serie se volvió famosa en primer lugar. Incluso los maquillajes de los zombies son malos, similares a caretas de goma de bajo presupuesto, y hasta los podemos ver andar en moto y disparando armas de fuego. En ese momento, mi lucha interna por rescatar algo de todo esto, se desmoronó completamente.
Reaparecen viejos personajes ahora como enemigos. Una malvada Jill Valentine que ocupa un lugar para hacer una referencia descontextualizada del juego (RE 5 en este caso) y regresa Michelle Rodriguez  en forma clonada aunque nadie la extrañaba. La historia paralela que se desarrolla en base a la clonación y perfeccionamiento del “Proyecto Alice” han ocupado tal lugar que hasta nos hace olvidarnos de la verdadera amenaza de muertos vivientes.
Alice es un personaje particular. Aunque nos guste o no, su desarrollo a lo largo de la saga aportaba y enriquecía la continuidad de la misma, pero en esta última entrega pareciera que el personaje ya no tiene nada más que aportar.
Malas actuaciones, malos diálogos y acción gratuita sin una historia que atrape. Si en la primera los protagonistas se tenían que enfrentar a un “licker” (una de las criaturas), en esta tenemos un “super licker” gigante que no hace más que demostrar esa necesidad de “agrandamiento” de la saga, entrega tras entrega, que ha transformado a Resident Evil en algo que los verdaderos fanáticos de los video juegos ya no reconocen.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Cuentos de Terramar.

Título original: Gedo Senki
Año: 2006
Estudio: Ghibli



Estudio Ghibli es, sin lugar a dudas, el peso pesado de la animación japonesa. Haciendo énfasis  en temáticas donde la naturaleza y la armonía juegan un papel tan preponderante como la acción. Dibujos que no son “dibujitos” e inclusive apelan a un público más adolescente y adulto. Soberbios largometrajes como “Nausicaa del valle del viento”, “La princesa Mononoke” o “El viaje de Chihiro”, son algunos de los manifiestos que demuestran que este estudio alcanza una estratósfera a la altura de Disney o Pixar.
En estos mundos de fantasía hay un nombre que sobresale como sinónimo de calidad y buen gusto: Hayao Miyazaki, quién hacía ya varios años había manifestado un interés por llevar al mundo de la animación una adaptación de los clásicos de Ursula K. Leguin: “Los Cuentos de Terramar”.
Pareciera que esta plataforma (el cine de animación) sería el ideal para poder plasmar y transmitir la magia de estos archipiélagos repletos de misterios, guerreros, magos y dragones. Aunque la autora de estos libros no mostró un interés inicial en el proyecto, finalmente accedió tras ver “Mi vecino Totoro” y descubrir esa magia detrás de los films de Miyazaki. Sin embargo el proyecto no fue dirigido directamente por él (aunque se suponía el propio Miyazaki seguiría el emprendimiento de cerca y responsable de dar el visto bueno), en cambio el film se convirtió en la ópera prima de su hijo: Goro Miyazaki.
Esto despertó dudas en la autora, aunque la reputación de Ghibli habla por sí sola, y parecía poco probable que el resultado no fuese satisfactorio.
Visualmente genial.
En el 2006 se estrena “Cuentos de Terramar” con muchísimas opiniones encontradas y, en síntesis, bastante negativas para la expectativa que se había generado.
Sin lugar a dudas esta cinta ES una cinta de los estudios Ghibli, con sus espectaculares escenarios, paletas de colores y placer visual que lo convierten en una experiencia sumamente grata. Aunque no solamente es el aspecto visual el importante, sino también sus personajes, sus motivaciones, argumentos y demás engranajes que pueden elevar una maquinaria al estatus de “clásico” como nos tiene acostumbrados Miyazaki padre.
Aunque los nombres nos son familiares, sus personalidades e historia difieren enormemente de aquellos de los libros. Por supuesto uno nunca espera una exactitud absoluta en la traslación de la literatura al cine, ya sea porque son dos medios de expresión diferentes con sus propias reglas y formas o sencillamente podría ser a veces culpa de un mal guionista que nos otorgue una adaptación mediocre al no poder capturar la magia inicial de los libros. Pareciera que es la segunda opción la responsable aquí de la falta de encanto del film más allá de su faceta visual.
Los personajes nunca terminan de cerrar. Sus disparadores y formas poco tienen que ver con los de la literatura, e inclusive no llegan a funcionar dentro de su propio cosmos y todo termina siendo una gran experiencia con gusto a poco. Aunque el film trata de plasmar esa simple sinceridad y frontalidad que difiere de la minuciosidad “tolkeniana”, sus aristas están sin pulir y la narración se pierde de a momentos llevándonos de un lugar a otro sin saber a veces como llegamos allí.
Al titular la película bajo el nombre de esta saga fantástica pareciera no más que un ardid publicitario para apelar a los seguidores de la autora. Lo cual nos hace preguntarnos qué necesidad habría de adaptar una novela sin intenciones de respetar la misma, cuando Estudio Ghibli desde su propio imaginativo nos ha ofrecido piezas más que memorables.
No quiero transmitir con esto que se trata de una “mala” película, ni tampoco es una cinta recomendable para los fanáticos de la acción (quizás sea esta preponderancia a la introspección uno de los pocos factores que se busca respetar de los libros), pero inclusive eso pareciera contradecirse dentro del film de a momentos.
Gavilán.
Es una pena que Hayao Miyazaki no haya tenido una preocupación más activa por este proyecto que termina por decepcionar a los fanáticos de Ursula K. Leguin y tampoco consigue alcanzar la magnificencia de una animación de Estudio Ghibli más allá de su espectacularidad visual a la cual ya nos tenían más que acostumbrados.
Recomiendo antes que nada leer las historias de Terramar, son cinco libros imprescindibles para los fanáticos del género. Para muchos “En la costa más lejana” (el tercero de la saga)  es el mejor y, sin lugar a dudas, el más popular; aunque en mi opinión personal ese calificativo se disputa con el segundo titulado: “Las tumbas de Athuan”.
Una película difícil de recomendar, aunque eso no significa que no valga la pena dedicarle una mirada. O mejor dicho, en palabras de la propia autora cuando el director le preguntó si le había gustado la cinta: “Si. No es mi libro. Es tú película. Es una buena película”.