domingo, 18 de noviembre de 2012

Los Imperdonables.

Título original: Unforgiven
Año: 1992
Dirección: Clint Eastwood


Año 93. Mejor película, mejor director y mejor actor de reparto (Gene Hackman). No me refiero al aval de los Oscars y una especie de “intachable reputación” e incuestionable buen gusto; la estatuilla puede indignar a algunos e incluso “equivocarse” tal vez. Sin embargo hago mención de esto para recalcar lo fácil y obvio de una reseña sobre “Los Imperdonables”, por lo que prefiero llamar a esta nota un humilde homenaje para, lo que en mi opinión, es una de las mejores cintas de todos los tiempos.

Hay muchos westerns clásicos ya conocidos por todos, pero en el caso de esta película, nos encontramos ante oro tipo de historia y tratamiento que se eleva por encima de su propio género.
Estos films han marcado siempre una clara línea que divide al “bueno” del “malo”, sobre todo en los americanos, donde John Wayne no aceptaría disparar a un hombre por la espalda o mostrar una faceta “deshonrosa” y de dudosa reputación. A diferencia de los directores italianos y sus “spaghetti westerns”, sus personajes no son tan estructurados ni derechos. Sus héroes son también anti héroes y utilizarán cualquier medio posible para hacerse con la suya y borrar esa línea divisoria generando personajes tan atractivos desde los dos lados de la misma.
Por supuesto capaces de atinarle a una mosca en pleno vuelo o batir a cuatro tipos al mismo tiempo (siempre de pésima puntería) sin perder la pose o olvidarse de esas frases cool tan propias del género.
Merecido Oscar.
De todas formas no es mi intención detenerme a analizar el género en sí o marcar las diferencias (con algunas excepciones) entre los americanos y los italianos. Como mencioné, mi intención es recalcar lo que hace de “Los Imperdonables” otro tipo de western
Es importante tener en cuenta que un film de este tipo, de haber seguido las reglas básicas de la receta, no hubiese tenido tal repercusión a principio de los 90s. Su estructura estaba en desuso y ya poco atractiva para un público que pareciera conocer de memoria el formato.
Desde el comienzo esta película deja de lado los ingredientes, hasta avanzada la misma, sin determinar claramente los roles de sus personajes. El sheriff no necesariamente es el bueno y los bandidos los malos, sino que cada uno tiene sus métodos y pasados que hace de los personajes tan queribles y humanos al mismo tiempo. Lo que me gusta catalogar como “cowboys con consciencia” y un desarrollo de los mismos que genera un empatía y una verosimilitud soberbiamente plasmada.
No estamos ante pistoleros invencibles, sino tipos ya entrados en edad  buscando corregir y olvidar sus errores mientras se embarcan en una nueva empresa para la cual ya se encuentran bastante oxidados. Fallan en puntería, no son tan hábiles montando a caballo y la vida de un hombre no se vuelve algo tan fácil de arrebatar.
Gigantes.
Tampoco debemos olvidarnos que esto sigue siendo un western y “Los Imperdonables” se ocupa de mantener esto siempre presente con unos escenarios y diseños muy bien logrados y sí, frases cool, pero que conllevan mensajes más allá de lo “lindo” que suenan como: “It’s a hell of a thing killing a man” (es todo un tema matar a un hombre), donde sucede un dialogo sobre la vida y la muerte e inclusive podemos ver a estos “tipos duros” quebrándose y sintiendo miedo.
Sus personajes son memorables, con Gene Hackman retratando a un “malo” excepcional y el desarrollo de la relación entre Clint Eastwood y Morgan Freeman que resaltan lo que es la amistad, el remordimiento y la lealtad de la mano de dos gigantes del cine. También la incursión del ya difunto Richard Harris (más conocido por muchos como “Albus Dumbledore” o “Marcus Aurelius”) donde se refuerza la desmitificación y la estructura del clásico cowboy
Personalmente me fascina ese “volver de una vieja leyenda” ya evolucionada, cansada y alejada de su edad dorada. Al estilo de un Anthony Hopkins haciendo de “viejo Zorro” o un Harrison Ford que regresa en busca de la Calavera de Cristal.
La escena final de esta película deja eso más que claro al mismo tiempo que recalca que los seres humanos somos agentes del cambio, pero que los pilares que conforman nuestra arquitectura rara vez pueden derrumbarse.
Clint Eastwood se ha puesto muy de moda últimamente en su faceta de director (hasta debatible si no es más que su calidad de actor) con cintas como “Río Místico” o “Gran Torino”. Sin embargo, en mi humilde opinión y en este pequeño homenaje, simplemente quería dejar en claro que “Los Imperdonables”  es, y será por siempre, una de mis películas favoritas de todos los tiempos.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Doom (De los videojuegos al cine. Parte 2)

Título original: Doom
Año: 2005
Dirección: Andrzej Bartkowiak


Literalmente la palabra “doom” traducida al español significa “perdición”. Inclusive sin saber esto, su simple pronunciación evoca una sensación similar, como algo nefasto y peligroso.
Haciendo honor a su nombre, ID Software lanzó a comienzo  de los 90’s este título repleto de demonios, zombies y seres repugnantes para la DOS. La historia transcurría en una estación del planeta Marte donde una falla en una puerta interdimensional permitió la entrada de los seres del infierno. El jugador interpretaba al único marine sobreviviente de la catástrofe; avanzando por distintos niveles plagados de estos monstruos y utilizando varios tipos de armamento en su camino.

Clásico.
ID Software ya contaba con “Wolfstein 3D” en su haber, pero el gran logro de “Doom” fue el perfeccionamiento del formato en “primera persona”, siendo considerado hoy en día como el videojuego que sentó las bases de un género que en la actualidad se muestra más popular que nunca con títulos como “Call of Duty” o “Halo”. 
La adaptación al cine es una forma de marketing contemporáneo al “Doom 3” (más considerado un remake que un nuevo capítulo). Sin embargo esta tercera entrega plantea un desarrollo más profundo de la historia y una atmósfera que da tanto énfasis al suspenso como a la acción. La película se toma sus libertades con respecto al juego original y a este último, aunque estos cambios tampoco generan grandes alteraciones y hasta pueden resultar entendibles por la ausencia de desarrollo narrativo que plantea el primero de la saga. Por lo que podríamos decir que esta cinta está inspirada en “Doom” más que tratarse de una adaptación fiel.
Nada en esta película es único, nuevo o soberbio, pero al mismo tiempo, nunca promete algo que no pueda entregar. Tipos rudos, armas y monstruos. Entretenimiento y nada más, aunque pareciera que eso es algo malo, pero no hay mal alguno en tirarse a ver un film que no requiere nada por parte del espectador más que las ganas de distraerse un poco.
Dwayne Johnson (aka “The Rock”) funciona bien su rol por la poca necesidad de matices actorales requeridos y que sabemos que este “actor” no tiene. Fuerza bruta y maquiavelismo a punta de pistola, mientras Karl Urban (el nuevo “Judge Dredd”) presenta la otra cara de la moneda y contribuye al desarrollo de algunas propuestas narrativas de la cinta sobre las diferencias que dividen al hombre “bueno” del “malo”. Ninguno de los dos dignos de un Oscar, pero nada en “Doom” pretende alcanzar una estratósfera que no le corresponde y eso al fin de cuentas le juega a su favor.
Doom 3.
Sobre el final se reproduce una escena en primera persona como extraída directamente del videojuego, aunque carente de sustos y tensión, más bien una pequeña guiñada para los gamers que no tomamos en serio la película, pero se aprecia el esfuerzo. El gran problema es la ausencia de más elementos del juego. Hace falta más doom en la receta, y esta es la peor falla de la película. Nos olvidamos de a momentos en que se basa esta cinta, y si debiéramos adivinar, probablemente nos vendrían a la mente muchos nombres antes que el de “Doom”. Nunca se llega a la acción de la entrega original ni a la tensión de la tercera, por lo que se genera una atmósfera híbrida que poca justicia hace a su materia prima.
Sin embargo, como mencione anteriormente, “Doom” no hace falsas promesas y en su propio esqueleto los personajes y narración consiguen sostenerse por sí solos entregando un film “entretenido” que podría haber sido mucho, mucho peor.

jueves, 11 de octubre de 2012

Dos Hermanas (A Tale of Two Sisters).

Título Original: Janghwa, Hongryeon
Año: 2003
Dirección: Jee-woon Kim


Como ya todos sabemos, cada vez falta menos para el regreso de Schwarzenegger a la pantalla grande en un protagónico. Muchas opiniones y predicciones andan boyando por la web. Pareciera que todos estamos de acuerdo en lo esperado de este regreso y lo cliché y cursi que puede llegar a ser “The Last Stand”, pero al mismo tiempo, realmente no nos importa.
Sin embargo poca atención se le ha prestado al director responsable de comandar este regreso: Jee-woon Kim.
Su nombre quizás no nos suene y tampoco cuenta con una filmografía demasiado extensa, pero ya tiene en su haber un par de joyitas, entre ellas “A Tale of Two Sisters”.
Estrenada en el año 2003, esta película se denota a primera vista como un film de “terror asiático”, aunque sus matices terminan por develar un cuadro que mejor estaría catalogado dentro de un thriller psicológico.
La portada muestra una foto de una familia donde se ven dos chicas jóvenes sentadas en un sofá vistiendo pijamas ensangrentados. Desde aquí la presentación no me genera demasiado y hasta me resulta predecible. Inmediatamente se nos vienen a la cabeza los elementos básicos de este tipo de terror donde sabemos habrá sangre, momentos desagradables, vueltas impredecibles de última hora al estilo “Sexto Sentido” (aunque ya se han vuelto predecibles y agotadas como las cámaras lentas de “Matrix”) y esos fantasmas cruza entre un shinigami y un yokai.
Nuestra protagonista.
Vamos a encontrar varios de estos elementos, pero no excesivos o inútiles, sino que cada pieza en este film calza perfecta con la otra para así dejarnos absolutamente desconcertados. Suena contradictorio, pero una vez completado, debemos tomarnos un momento para ver todas las piezas juntas y darnos cuenta de lo tenebroso, sutil y (quizás) obvio de la imagen completa.
Jee-woon Kim consigue generar un atmósfera que baila entre lo incómodo y lo macabro, pero nunca abusando de lo explícito y manteniendo un suspenso que sostiene a toda la película. Aunque también cuenta con muy buenas actuaciones, gran manejo de cámara y uso de flashbacks bien justificados en una armonía narrativa.
Jee-woon Kim.
Al referirme a “armonía narrativa”, quiero recalcar que los elementos del rompecabezas están ahí, aunque no un orden preciso ni a una velocidad determinada. No simplemente el final revela esa verdad oculta, sino que todo el film provee constantemente pequeños guiños para atar varios cabos.
No se trata de un mundo diferente, una realidad que depende de una pastillita azul o roja o un poder de percepción que el ser humano ordinario no puede alcanzar. Se trata de una realidad que se forma en base a tragedias y sucesos asociados directa e indirectamente con una cotidianidad que nos resulta molesta e incómoda.
Recomiendo no dejarse guiar por el arte de la tapa como mencioné anteriormente. No se trata de una cinta gore ni nada por el estilo. Es un drama con leves gotas de terror y suspenso del bueno.
Me llama la atención que este director ahora tenga en manos el regreso de Arnold. Por un lado el trailer pareciera dar a entender algo que ya podemos prever, pero al mismo tiempo, viendo películas como esta, me pregunto si no tendrá alguna sorpresa para con la vuelta de Mister Olympia.
Mientras tanto les recomiendo vean “A Tale of Two Sisters”. Aunque hoy día no es lo más original y utiliza recursos ya agotados, no por eso deja de estar bien desarrollada y consciente de lo que quiere. Fija su objetivo, apunta, dispara y acierta no muy lejos del blanco; y eso no es poca cosa, cuando sobran ejemplos de directores con armas de millones y millones de dólares y pésima puntería.

lunes, 8 de octubre de 2012

Rec.

Título Original: Rec
Año: 2007
Dirección: Jaume Balagueró/Paco Plazas

Comenzaré por admitir que soy un gran admirador del cine de zombies. Esa atmósfera de espacios cerrados, corredores oscuros, muebles formando barricadas y el instinto humano de supervivencia.
Hay algo en el género que nos atrae. Los años han ramificado el formato clásico en zombies veloces, animalescos, torpes e inteligentes pero siempre conservando esa constante de una amenaza que podríamos vencer, pero nuestras propias limitaciones como seres humanos y el maelstrom de emociones bajo tensión no nos permite organizarnos e inevitable y lentamente iremos cayendo de a uno.
Tarde o temprano caen.
Si bien muchos hoy en día estaríamos más que instruidos y preparados para una amenaza zombie, la historia de los mismos en el cine ha demostrado que tarde o temprano la infección no puede ser contenida y se propaga a nivel mundial. Aquí se puede distinguir dos tipos de cine de zombies: el apocalíptico y el contemporáneo.
El primero se puede definir como una distopía donde somos los humanos la raza en extinción en un mundo donde ya no hay vuelta atrás y cada vez escasean más los recursos. El segundo generalmente se centra en pequeños grupos de personas confinados a un espacio reducido donde la amenaza no ha alcanzado un nivel global, aunque si puede tratarse de toda una ciudad infestada o una película de “outbreak”.
En el 2007 se estrena “Rec”. Película española dirigida por Jaume Balagueró y Paco Plaza, filmada en formato de “falso documental”. Este tipo de films atrae o ahuyenta a varios. Hay algo en ese formato que algunas personas no toleran y otras admiran. En lo personal no soy un fanático de este tipo, aunque no lo rechazo ya que he visto grandes cintas filmadas de esta manera.
La historia sería del tipo “contemporáneo” donde una reportera sigue las actividades diarias de un escuadrón de bomberos que son llamados a un viejo edificio en donde los habitantes se quejaban de los gritos y golpes de una de las vecinas. Lo que parece una visita de rutina termina con el edificio cercado por la GEO y el equipo de “Sanidad”, impidiendo la salida de todos los que se encuentran dentro. Desconcertados y asustados, los protagonistas deberán buscar la forma de salir por sus propios medios al mismo tiempo que intentan entender y defenderse de lo que parece una infección desconocida que transforma a la gente en zombies.
“Rec” no aporta demasiado al género. Se busca hacer una buena película de zombies respetando los ingredientes clásicos reforzados con personajes creíbles, una narración sólida, una atmósfera bien lograda y buenas actuaciones. En este caso el formato de “falso documental” funciona muy bien y suma al todo, agregándole más verosimilitud al relato y empatía con los personajes, al mismo tiempo que eleva la tensión.
Estás un poquito pálida querida.
Por supuesto que no faltan los sustos gratuitos y predecibles. Esos momentos de silencio donde uno ya sabe que al abrir la siguiente puerta va a haber un zombie listo para saltar frente a la cámara, pero este cliché es típico del género y entra en los ingredientes básicos de la receta.
Uno de los mejores puntos que plantea la película, es el darle una explicación al origen de la infección alejada del formato de arma bacteriológica o de laboratorio. Con una escena final que recordaremos por varios días y un “cierre” (aunque el cine de zombies nunca cierra) bastante original y creíble.
Con tantos reciclajes hoy en día y cintas predecibles que surcan la pantalla sin pena ni gloria, “Rec” es una visita obligatoria para cualquier fanático del género y del cine de terror en general. Lo poco que aporta lo logra muy bien y el resto lo respeta sin giros o personajes innecesarios y es un claro ejemplo de que muchas veces menos es más.

lunes, 1 de octubre de 2012

Akira.

Título Original: Akira.
Año: 1988
Dirección: Katsuhiro Otomo



Si les interesa el manga y el animé, o sienten un gusto por la animación en general, sin lugar a dudas habrán escuchado alguna vez el nombre “Akira” o recordarán haber visto en la web o algún otro medio, la imagen de un muchacho de chaqueta roja junto a una motocicleta futurista del mismo color.
El alcance está película ha traspasado fronteras y de alguna forma su título “nos suena” (sin mencionar a Kurosawa), pero no todos la han visto.
Tetsuo.
La premisa de Akira se basa en que los humanos contamos con una energía interior que en mayor medida “duerme” dentro de nosotros y es esta energía la que nos conecta con el resto del universo. Resumido a su raíz no parecería nada que no hayamos escuchado antes, una especie de apología de un Nirvana o Satori, pero a diferencia de estos conceptos de iluminación, este “depertar” está condicionado por las emociones humanas y su uso puede ser tan frágil como destructivo.
Tetsuo es el menor de una banda de motoqueros a quién siempre lo toman por el más débil o incapaz. Aunque querido por sus compañeros, un sentimiento de rechazo e impotencia lo acompaña y una vez que, por accidente, consigue “despertar” busca cobrar su venganza con el mundo sin comprender realmente lo que sucede o los límites a los que podría llevar este poder sin ser consumido por él.
La ciudad de “Neo-Tokyo”(donde transcurre la historia) es una cosmopolita cyberpunk soberbiamente lograda. Gigante con sus recovecos iluminados por los neones de las super corporaciones, mientras reina un caos urbano y los jóvenes atraviesan las calles oscuras en sus motos hacia un futuro decadente y desordenado.
La historia es sumamente sólida y en parte se debe a la agilidad de su narrativa y el desarrollo que tiene sus personajes. No hay mucho trasfondo ni demasiado, dándole a sus protagonistas la dosis justa y necesaria sin llegar nunca a cansarnos.
Neo-Tokyo.
Sin embargo uno de los puntos más memorables de Akira son sus colores, escenarios y la calidad de su animación.
Visualmente Akira es simplemente espectacular, inclusive para los estandartes de hoy en día. Las luces y colores de Neo-Tokyo valen la pena por sí solos así como los movimientos de sus personajes y esas escenas llenas de velocidad que denotan lo minucioso y pulido de cada uno de sus cuadros.
Se podría decir que su estética deja en claro que este film tiene algunos años ya, pero al mismo tiempo, esto es un documento de lo que es una animación de calidad que buscó ser grande desde el primer día y ha comprobado ser algo gigante que se mantiene vigente casi treinta y cinco años después de su estreno.
Algunos de los que gustan abuchear a los 80’s, podrán presentar una queja en cuanto a lo “ochentoso” de su banda sonora, pero no olvidemos que este film vio la luz en 1988 y su música no solamente reafirma la postal de una época sino que acompaña la cinta de forma soberbia dándole un cierre a todos sus componentes.
Lo primero que pienso cuando recuerdo Akira son las palabras “calidad” y “trabajo”. Una obra que deja en claro lo que es “animación de primera de clase” y la cantidad de tiempo y esfuerzo que han puesto en él.
Todos deberíamos ver Akira al menos una vez. No por casualidad sigue siendo un clásico hasta la fecha y no me sorprendería que siguiera siendo excelente de aquí a treinta y cinco años más.

Klaus Kinski (1926-1991).



Días de lluvia. Café, libros, películas y eternas visitas a lugares comunes y otros olvidados en el abanico de lo cotidiano; en un punto muerto con sabor a impertinencia me zambullo en Herzog, en su vampiro y en el hombre detrás de él: Klaus Kinski, el último gran actor del cine alemán.
Pocas colaboraciones han sido tan fructíferas como insoportables. Herzog es grande, Kinski también lo es, pero ambos se volvieron enormes más allá de la pantalla.
Klaus Kinski es ese “maldito genio” al que nos encanta odiar y admirar. Tan macabro como vulnerable, cada una de sus actuaciones te absorbe y sacude mientras de a momentos apartamos nuestras miradas para evitar sus ojos. ¿De dónde proviene esa energía que consigue atormentarnos y enamorarnos al mismo tiempo? Teatro, sexo, Shakespeare, París, celos, lujo, selvas, barcos, dientes e interminables cabalgatas nocturnas.
Aguirre.
Apreciar a Kinski en pantalla es suficiente para disipar cualquier duda en cuanto  a su calidad actoral, pero mi propuesta, para con ustedes lectores, va más allá.
Los invito a descubrir a un ser humano único, un cúmulo de sensaciones e incertidumbres. Donde el amor se vuelve odio y el odio se vuelve una obra maestra. Un ser atormentado por sus propios caprichos, que lo lleva a destruir cuanto tiene, para volver a recomponerlo y así destruirlo nuevamente.  Kinski no actúa, él es. Y aunque pareciera poco novedoso semejante veredicto, su aparición dejaba en claro una genialidad producto de un profundo sufrimiento.
Las duplas exitosas al estilo Burton – Depp, o Scorsese – DiCaprio, no nos son ajenas, más o menos exitosas, siempre respetables pero no siempre geniales. Herzog y Kinski consiguieron algo que pareciera haberse perdido lentamente en el transcurso de la historia. Ese halo de caos y aventura, de sinceridad y desprecio,  la unión de lo natural y lo exótico; han elevado películas como Fitzcarraldo al nivel de lo que se conoce como “cine arte”. Sin embargo a Kinski poco le interesaban esos asuntos, él manifestaba públicamente que su interés era siempre el dinero. Incluso rechazó directores de la talla de Fellini y Truffaut. Pero al mismo tiempo su fama de anti héroe y su conocido mal temperamento lo transformaron en esa ambigüedad que odiamos pero no podemos evitar.
Herzog y Kinski.
Al finalizar su último trabajo en conjunto titulado Cobra Verde (1987), Kinski se acerca a Herzog al terminar la última escena y le dice: “No puedo continuar. He dejado de ser.” Y quizás sea esta la forma en que se despide un genio a quién la inmortalidad ya le es indiferente.
Cuatro años más tarde Kinski muere de un paro cardíaco, no sin antes escribir, producir, dirigir y protagonizar su obra Paganini, la cual merecería un análisis aparte. Bastante material de archivo para el documental “Mein liebster Feind” (1999) donde se retrata la tormentosa relación de estos dos seres.
Recomiendo visiten la filmografía de esta dupla. Sus películas hablan mejor que yo. Y si no han perdido el hábito de la lectura, busquen “Yo necesito amor” la autobiografía (bastante surrealista de a momentos) de Kinski y “La conquista de lo inútil” donde están los apuntes de viaje de Herzog durante el rodaje de Fitzcarraldo

"Me vendo a mí mismo por el precio más alto. Exactamente como una prostituta. No hay diferencia alguna." (Klaus Kinski)

jueves, 20 de septiembre de 2012

Los Caballeros del Zodiaco Omega.

Título original: Saint Seiya Omega
Año: 2012
Estudio: Toei



Desde abril de este 2012, Toei Animation regresa con “Saint Seiya Omega”, serie que supone la continuación del manga original después de los acontecimientos en “La saga de Hades”.
Saori Kido (la reencarnación de Atena) sostiene al pequeño Koga en brazos cuando Marte (enemigo principal y dios de la guerra) se presenta para llevarse a la diosa para así establecer su nuevo orden. Inmediatamente aparece Seiya portando la armadura dorada de Sagitario para proteger a Atena mientras el niño observa asombrado a esta figura poderosa que le hace frente al enemigo.
Han pasado varios años (aunque no especifica cuantos, pero podemos deducir unos veinte aproximadamente) desde la última Guerra Santa con el señor del inframundo. Koga entrena para obtener la armadura de Pegaso, aunque duda de la existencia de Atena y de su deseo de convertirse en caballero. Sin embargo cuando Marte consigue llevarse a Saori sin que él pueda hacer nada, su determinación lo lleva a emprender la búsqueda por rescatar a la que ahora reconoce como la verdadera diosa portando la armadura de Pegaso.
Saori, Koga y Soma.
Sin la participación directa de Masami Kurumada; esta serie presenta una nueva alineación de santos de bronce: Soma  del León Menor, Yuna del Águila (metáfora de liberación quién ya decide no ocultar su rostro como acostumbraban los santos femeninos), Haruto del Lobo, Edén de Orión (hijo de Marte y con sentimientos encontrados) Ryuhou del Dragón (hijo del legendario Shiryu) y Koga de Pegaso.
Para los que nacimos en los ochentas, los santos de bronce originales nunca podrán ser reemplazados, pero el tratamiento que se le da a los nuevos llegados está muy bien logrado y en un contexto que se vuelve creíble y ayuda a asimilar a estas nuevas caras con naturalidad.
Tras las continuas batallas, los viejos santos ya no pertenecen y el Santuario alberga esperanzas en esta nueva generación. Sin embargo uno de los mejores puntos de la series es el rol que se le da a los ahora conocidos como “Santos legendarios”, los viejos héroes, que aparecen eventualmente para ayudar a nuestros protagonistas, pero ya al margen de los acontecimientos actuales.
Algunos otros viejos no tan conocidos ocupan también sus roles en calidad de consejeros o directores de institutos de entrenamiento. Mientras tanto, a excepción de nuestro protagonista, los nuevos caballeros de plata y oro que no reconocen a Saori, defienden a Aria, una muchacha a quién Marte presenta como la verdadera Atena y crea las nuevas doce casas para protegerla de nuestros protagonistas “rebeldes”.
La serie introduce un par de novedades. Las armaduras ahora son portadas en forma de “cristal de armadura” ya sea un colgante o una pulsera y no aquellas viejas y pesadas cajas con las que debían cargar. Las nuevas armaduras conservan la esencia de las originales, pero estilizadas a un formato siglo XXI dando hincapié a la flexibilidad más que al poder. La introducción más grande son los elementos. Al mejor estilo Pokemon o un RPG, cada armadura corresponde a un elemento que sufre ventajas y desventajas frente a los otros, pero al mismo tiempo esto está justificado en la serie como un descubrimiento reciente, e incluso algunos de los viejos guerreros de bronce reconocen no poder manipularlos debidamente, por lo que no consigue profanar horriblemente lo clásico.
El legendario Seiya.
Uno de los argumentos que está muy bien logrado es la relación entre Seiya y Koga. Actualmente se desconoce el paradero del antiguo Pegaso, pero este aparece de a momentos como un ser casi divino que aflora en Koga, una relación metafísica que no aclara si tiene una faceta de reencarnación o la de una relación padre-hijo.
Los diseños de personajes pueden resultar un poco infantiles para algunos, pero la buena calidad de la animación nos hace despreocuparnos sobre ese tema.
Los viejos fanáticos de la serie que no se permiten modificar ningún aspecto deberían alejarse inmediatamente, pero sin prejuicios y abiertos a una nueva propuesta, esta entrega merece una mirada. La música sigue siendo tan buena como las batallas, la historia es sumamente sólida y la nostalgia de encontrarse a los viejos santos de bronce esperando su regreso triunfal nos impulsa a seguir la narración.  Una interesante mirada y un buen comienzo para las generaciones que todavía no saben lo que son los “Meteoros de Pegaso”.

Resident Evil 5: Venganza.


Título original: Resident Evil: Retribution
Año: 2012
Dirección: Paul W. S. Anderson


Resdent Evil es el ejemplo de cabecera a la hora de hablar de “survival horrors”. Aunque hay otras sagas similares, ninguna ha alcanzado el grado de popularidad de los habitantes de Raccoon City.
Grandes personajes y escenarios, una historia bien desarrollada y ese suspenso constante de no saber que se encontraba detrás de cada puerta; no fue sorpresa que la saga se trasladara al cine, pero nadie imaginó el camino que tomaría.
Alice. Igual que siempre.
La primera entrega ya marcó un alejamiento de la historia original o al menos sentó las bases de una pre cuela de los acontecimientos por venir y que todo fanático de la franquicia conoce. La película no estaba mal formulada y su historia se sostenía por sí misma sin necesidad de depender de grandes actores o sobredosis de efectos digitales y conservando un balance entre la acción y el suspenso.
Las siguientes entregas introdujeron más elementos de la historia original (en especial la segunda parte) como personajes y giros narrativos o escenas extraídas casi directamente de los juegos, pero la trama seguía un rumbo independiente que se llevaba siempre un poco más al extremo con cada entrega como una competencia implícita de que tan espectacular y épica sería la siguiente Resident Evil, pero en el camino falló rotundamente.
Al igual que la primera, Paul W. S. Anderson regresa con esta quinta entrega titulada “Resident Evil 5: Venganza”. Uno pensaría que la saga bajaría un poco más a tierra buscando rescatar lo perdido con las entregas anteriores, aunque por lo visto no pudo escapar del estigma de sus predecesoras, dejándonos con una cinta que hace justicia a la saga únicamente porque comparten el mismo nombre.
Por supuesto que hay nuevos personajes del juego en esta entrega, pero totalmente descontextualizados y mal personificados, sencillamente ocupan un lugar debido a que no aparecieron en las películas anteriores. Malos diálogos, pobres actuaciones y ningún trasfondo que lo respalde o le sumen interés a los personajes, así debuta mediocremente Leon S. Kennedy, uno de los favoritos del video juego.
Mismo director. Mismo monstruo.
Ahora en versión XL.
Pero uno de los mayores errores de esta entrega es la espectacularidad que intenta alcanzar. Se desborda de efectos especiales para darle lugar al 3D y preponderancia a la acción eliminando la atmosfera y el suspenso por el cual la serie se volvió famosa en primer lugar. Incluso los maquillajes de los zombies son malos, similares a caretas de goma de bajo presupuesto, y hasta los podemos ver andar en moto y disparando armas de fuego. En ese momento, mi lucha interna por rescatar algo de todo esto, se desmoronó completamente.
Reaparecen viejos personajes ahora como enemigos. Una malvada Jill Valentine que ocupa un lugar para hacer una referencia descontextualizada del juego (RE 5 en este caso) y regresa Michelle Rodriguez  en forma clonada aunque nadie la extrañaba. La historia paralela que se desarrolla en base a la clonación y perfeccionamiento del “Proyecto Alice” han ocupado tal lugar que hasta nos hace olvidarnos de la verdadera amenaza de muertos vivientes.
Alice es un personaje particular. Aunque nos guste o no, su desarrollo a lo largo de la saga aportaba y enriquecía la continuidad de la misma, pero en esta última entrega pareciera que el personaje ya no tiene nada más que aportar.
Malas actuaciones, malos diálogos y acción gratuita sin una historia que atrape. Si en la primera los protagonistas se tenían que enfrentar a un “licker” (una de las criaturas), en esta tenemos un “super licker” gigante que no hace más que demostrar esa necesidad de “agrandamiento” de la saga, entrega tras entrega, que ha transformado a Resident Evil en algo que los verdaderos fanáticos de los video juegos ya no reconocen.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Cuentos de Terramar.

Título original: Gedo Senki
Año: 2006
Estudio: Ghibli



Estudio Ghibli es, sin lugar a dudas, el peso pesado de la animación japonesa. Haciendo énfasis  en temáticas donde la naturaleza y la armonía juegan un papel tan preponderante como la acción. Dibujos que no son “dibujitos” e inclusive apelan a un público más adolescente y adulto. Soberbios largometrajes como “Nausicaa del valle del viento”, “La princesa Mononoke” o “El viaje de Chihiro”, son algunos de los manifiestos que demuestran que este estudio alcanza una estratósfera a la altura de Disney o Pixar.
En estos mundos de fantasía hay un nombre que sobresale como sinónimo de calidad y buen gusto: Hayao Miyazaki, quién hacía ya varios años había manifestado un interés por llevar al mundo de la animación una adaptación de los clásicos de Ursula K. Leguin: “Los Cuentos de Terramar”.
Pareciera que esta plataforma (el cine de animación) sería el ideal para poder plasmar y transmitir la magia de estos archipiélagos repletos de misterios, guerreros, magos y dragones. Aunque la autora de estos libros no mostró un interés inicial en el proyecto, finalmente accedió tras ver “Mi vecino Totoro” y descubrir esa magia detrás de los films de Miyazaki. Sin embargo el proyecto no fue dirigido directamente por él (aunque se suponía el propio Miyazaki seguiría el emprendimiento de cerca y responsable de dar el visto bueno), en cambio el film se convirtió en la ópera prima de su hijo: Goro Miyazaki.
Esto despertó dudas en la autora, aunque la reputación de Ghibli habla por sí sola, y parecía poco probable que el resultado no fuese satisfactorio.
Visualmente genial.
En el 2006 se estrena “Cuentos de Terramar” con muchísimas opiniones encontradas y, en síntesis, bastante negativas para la expectativa que se había generado.
Sin lugar a dudas esta cinta ES una cinta de los estudios Ghibli, con sus espectaculares escenarios, paletas de colores y placer visual que lo convierten en una experiencia sumamente grata. Aunque no solamente es el aspecto visual el importante, sino también sus personajes, sus motivaciones, argumentos y demás engranajes que pueden elevar una maquinaria al estatus de “clásico” como nos tiene acostumbrados Miyazaki padre.
Aunque los nombres nos son familiares, sus personalidades e historia difieren enormemente de aquellos de los libros. Por supuesto uno nunca espera una exactitud absoluta en la traslación de la literatura al cine, ya sea porque son dos medios de expresión diferentes con sus propias reglas y formas o sencillamente podría ser a veces culpa de un mal guionista que nos otorgue una adaptación mediocre al no poder capturar la magia inicial de los libros. Pareciera que es la segunda opción la responsable aquí de la falta de encanto del film más allá de su faceta visual.
Los personajes nunca terminan de cerrar. Sus disparadores y formas poco tienen que ver con los de la literatura, e inclusive no llegan a funcionar dentro de su propio cosmos y todo termina siendo una gran experiencia con gusto a poco. Aunque el film trata de plasmar esa simple sinceridad y frontalidad que difiere de la minuciosidad “tolkeniana”, sus aristas están sin pulir y la narración se pierde de a momentos llevándonos de un lugar a otro sin saber a veces como llegamos allí.
Al titular la película bajo el nombre de esta saga fantástica pareciera no más que un ardid publicitario para apelar a los seguidores de la autora. Lo cual nos hace preguntarnos qué necesidad habría de adaptar una novela sin intenciones de respetar la misma, cuando Estudio Ghibli desde su propio imaginativo nos ha ofrecido piezas más que memorables.
No quiero transmitir con esto que se trata de una “mala” película, ni tampoco es una cinta recomendable para los fanáticos de la acción (quizás sea esta preponderancia a la introspección uno de los pocos factores que se busca respetar de los libros), pero inclusive eso pareciera contradecirse dentro del film de a momentos.
Gavilán.
Es una pena que Hayao Miyazaki no haya tenido una preocupación más activa por este proyecto que termina por decepcionar a los fanáticos de Ursula K. Leguin y tampoco consigue alcanzar la magnificencia de una animación de Estudio Ghibli más allá de su espectacularidad visual a la cual ya nos tenían más que acostumbrados.
Recomiendo antes que nada leer las historias de Terramar, son cinco libros imprescindibles para los fanáticos del género. Para muchos “En la costa más lejana” (el tercero de la saga)  es el mejor y, sin lugar a dudas, el más popular; aunque en mi opinión personal ese calificativo se disputa con el segundo titulado: “Las tumbas de Athuan”.
Una película difícil de recomendar, aunque eso no significa que no valga la pena dedicarle una mirada. O mejor dicho, en palabras de la propia autora cuando el director le preguntó si le había gustado la cinta: “Si. No es mi libro. Es tú película. Es una buena película”.

viernes, 31 de agosto de 2012

La leyenda de Zelda: ocarina del tiempo.

Título original: The legend of Zelda: Ocarina of time
Año: 1998
Compañia: Nintendo



Volvamos más de diez años en el pasado. Al año 1998 para ser más exactos. Una época donde los gráficos en tres dimensiones aún se encontraban en su pubertad. Una prueba de resistencia y adaptación para grande clásicos que marcaron hitos en ocho y dieciséis bits. Ahora pensemos en Nintendo. La empresa de videojuegos más grande y reconocida del cosmos. Juegos transformados  en clásicos instantáneos. Clásicos instantáneos que se convirtieron en grandes sagas. Títulos como Super Mario, Castlevania, Metroid, Donkey Kong y un favorito de los gamers más fanatizados: The Legend of Zelda.
Nacido de la mente de Shigeru Miyamoto, considerado como uno de los dioses de la industria de los videojuegos, “La leyenda de Zelda” vio la luz en 1986 para la vieja y querida Nintendo clásica, más conocida como la “Nes”. Invitada esperada de todas las consolas que la marca ha sacado al mercado (a excepción de la fallida Virtual Boy), algunas veces mejor y otras no tanto, pero nunca decepcionante.
Este juego nos ponía en la piel de Link, un espadachín de la tierra de Hyrule, de aspecto infantil y rasgos élficos, embarcado en una odisea para vencer al malvado Ganon y evitar que se apodere de la Trifuerza.
Link vs Ganon.
La historia puede reducirse a la eterna y épica batalla entre el bien y el mal, pero es la jugabilidad y desarrollo de este título lo que lo ha convertido en algo mucho, mucho más de lo que se puede apreciar a simple vista.
Si bien en los videojuegos el género RPG (Role Playing Game) es anterior a Zelda y hoy en día cuenta con muchísimas sagas reconocidas en su haber (como Dragon Quest, Final Fantasy y Dungeons and Dragons), los componentes básicos del estilo, que demandan tiempo y paciencia para completarlos, encontraron un estilismo y encanto con esta aventura que no se había visto antes en las consolas.
A principios de los noventas, la primera entrega de este título para la Super Nintendo (SNES), llevó la franquicia a otro nivel de gráficos y complejidad que pareciera habían alcanzado su zenit. Con la aparición de los 64 bits, la expectativa por una nueva historia del héroe de Hyrule generaba tanta impaciencia como escepticismo.
¿Sobreviviría Link a su más grande desafío: la transición al mundo de las tres dimensiones?
Con el nombre “La leyenda de Zelda: ocarina del tiempo”, esta nueva entrega no solo colmó las expectativas, sino que elevó la saga a un nivel que antes parecía inalcanzable, transformando algo ya gigante en gigantesco.
Hyrule se veía colosal en su nuevo formato con sus bosques, civilizaciones submarinas, verdes valles, desiertos y montañas. Nuevos habitantes y personajes por descubrir, así como nuevos artefactos, armas,  argumentos narrativos y desafíos. La nueva tecnología también permitía una banda sonora más desarrollada que terminaba por cerrar la atmósfera épica que conlleva el juego desde su primera entrega. El tema principal de este título, compuesto por Koji Kondo (otro dios del panteón musical de los videojuegos), se ha vuelto tan reconocido como las bandas sonoras de John Williams.
Link y la "Espada Maestra".
Explayarme en los pequeños detalles del juego llevaría mucho tiempo y carecería del encanto que conlleva descubrirlos por uno mismo. Hoy en día, este se puede adquirir en la consola virtual de Wii, o puede ser descargado para pc en un emulador.
Aunque la cronología de la saga es motivo de discusión entre los fanáticos de la misma (inclusive el orden oficial publicado por Nintendo es sumamente confuso y deja muchos cabos sueltos) “The Legend of Zelda: Ocarina of Time” ha pasado a transformarse en una pieza de arte con sus diseños, personajes, escenarios y música que, aunque un tanto envejecido, mantiene su reputación y belleza a pesar del paso de los años.
Mientras exista Nintendo existirán Link y Zelda, Ganon, la Trifuerza, Hyrule y la “Espada Maestra”. Aunque la tecnología evolucione y nuevas entregas sean llevadas un paso más allá, no cabía duda para ningún gamer, que en 1998, el mundo de los videojuegos como lo conocíamos había cambiado para siempre.

domingo, 26 de agosto de 2012

Mentiras Verdaderas.


Título Original: True Lies
Año: 1994
Dirección: James Cameron


Pareciera imposible hoy día hablar de héroes de acción sin evocar a Arnold Schwarzenegger. Películas como Terminator, Depredador, Conan y Commando son sinónimos de una época donde todo era espectacular y explosivo. Frases supercool, músculos por doquier y descamisados que podían sostener una metralleta sin que se les cayera la ceniza de su habano.
Nueva caras como Sam Worthtington, Jet Li o Jason Statham han ocupado la pantalla manteniendo con vida un género que extraña viejas glorias, ausentes hoy día precisamente por eso: la vejez.
Sin embargo Hollywood ha respondido a este llamado con películas como “Rocky Balboa”, “Die Hard 4.0”, “Rambo” y “The Expendables”. Más allá de un juicio sobre la calidad de estas cintas, el eterno “nunca habrá una igual que la primera”, el presente y el paso de los años, junto con las nuevas dosis de lógica y verosimilitud que han empapado tantos géneros como el de los cómics, acción y hasta los slashers; han convertido a estos films en materia para los nostálgicos y un revisitar de viejas filmografías.
En vista del regreso de Arnold este 2012 con “The Last Stand”, con gusto volví unos cuantos años atrás para ver una película que en mi opinión es la mejor despedida de este actor en los noventas: “True Lies”.
Tom, James y Arnold.
Dirigida por James Cameron, a quién todo le sale bien (al menos en la taquilla, varias pirañas estarán en desacuerdo y en lo personal “Avatar” no me enloquece más allá de su fotografía y diseño de arte) dirige este film que reúne todos los atributos del género, e inclusive le agrega una gran cuota de comedia bien ejecutada gracias a grandes actuaciones y desarrollo de la trama.
Quitando de lado las películas de Terminator, las cuales parecieran pensadas para Arnold y nadie más que Arnold, “Mentiras Verdaderas” podría ser su mejor performance en una cinta.
Interpretando a un espía encubierto que lleva una doble vida como un vendedor de computadoras con una familia que desconoce su verdadera profesión. Harry Tasker (Schwarzenegger) está tras la pista de un grupo terrorista que podría poner en jaque a la población con armas de destrucción masiva. Durante el desarrollo de la trama, nuestro protagonista  pone bajo vigilancia a su mujer, de quién sospecha lo está engañando con otro hombre y sobre el final ambos deberán trabajar juntos para detener esta amenaza.
Resumido así pareciera una tontería, y quizá lo sea, pero Cameron hace un excelente trabajo mezclando y elevando los ingredientes del género para construir lo que es puro entretenimiento.
Tom Arnold junto con Schwarzenegger conforman una dupla peligrosamente cómica, mientras que aquella chica llamada Jamie Lee Curtis, quien supo derrotar a Michael Myers en el año setenta y ocho, regresa como una madre convertida en heroína de forma excepcional.
Excelente dupla.
Aunque esta cinta es de mediados de los noventas, es sin lugar a dudas, el último gran papel de Arnold hasta su retiro político en el 2003. No perdamos tiempo en querer convertir esto en un clásico, o señalar lo irrisorio e inverosímil del mismo, sino dejarse capturar por esos primeros planos en los que con su mirada Arnold nos dice: “Acá estoy… y los voy a cagar a tiros.”
Recuerdo hace unos años, durante el estreno de la nueva película de “Rocky”, un muchacho bastante más joven, al saber que tenía intenciones de ir al cine a verla me dijo: “No podes ir a ver eso, te apuesto a que es una porquería”. A lo que contesté: “No me importa. Es Rocky”.
No me entendió, tampoco me esforcé en hacerme entender, pero para los que ya tenemos unos añitos, y el mundo no era un lugar digitalizado, el placer de ver a un tipo matar a veinte con un tenedor y un revolver de balas infinitas no tiene precio.
Los grande íconos del cine de acción están regresando, más como una despedida que un re inicio. El mundo los necesita una vez más, por la nostalgia de todas esas veces que dijimos “I’ll be back” frete a un espejo, o la vincha roja que llevábamos a la escuela y por hacernos creer eternos, fuertes, grandes e invencibles; mientras nuestros enemigos volaban por los aires en espectaculares explosiones, a nosotros apenas se nos despeinaba el jopo.

martes, 31 de julio de 2012

El Caballero Oscuro: La leyenda renace.

Título original: The Dark Knight Rises
Año: 2012
Dirección: Christopher Nolan



Batman está de regreso para cerrar lo que ya se ha convertido en una de las trilogías más importantes de la historia del cine.
Han pasado varios años desde los acontecimientos con el Joker y el auto sacrificio simbólico del héroe en pos de una nueva era de paz para Ciudad Gótica. Ahora, en vista de una nueva amenaza, el murciélago deberá resurgir para mantener esa armonía, llevando está vez un sacrificio más físico y delegando el plano simbólico a los ciudadanos.
Gótica se parece cada vez más a Nueva York y queda claro que un solo hombre enmascarado no podrá sostener todo el peso a no ser que el propio pueblo reaccione para devolver la paz, en lo que podría considerarse la “batipelícula” más “post once de septiembre” hasta la fecha.
Los motivos de los personajes están notablemente desarrollados y cada uno ocupando el lugar que deben, sin luchas por protagonismos ni escenas o argumentos que aporten información innecesaria dentro del conjunto. No nos encontramos ante una unión de dos villanos como nos tenían acostumbrados las anteriores entregas del personaje. Cada cual mantiene su filosofía y leiv motiv difuminando la línea que separa el bien del mal y haciendo más creíbles los disparadores de cada uno de los acontecimientos.
Bruno Diaz ha evolucionado en lo que podría ser la mejor interpretación del magnate a manos de Christian Bale. Un tipo cansando, rendido y entregado, que deja en claro que un superhéroe no necesariamente es una elección y un estilo de vida, sino un sacrificio inmenso en casos de extrema necesidad. Y uno de los mejores logros de esta trilogía, ha sido la incansable lucha entre Batman y Diaz que queda más plasmada que nunca en esta cinta.
El mejor Bruno de la trilogía.
Gatúbela ocupa el lugar que le corresponde, acercándose más a un personaje secundario que funciona para dar agilidad y evolución en la narración con la dosis justa de amor/odio con Bruno. Lo cual refuerza el personaje sin descansar demasiado en un love affair innecesario que parecía en principio un punto obvio del film; pero por suerte Nolan nunca buscó caer en lugares comunes.
Por otra parte, Bane deja más que limpio su nombre tras su triste y mediocre debut en el cine a manos de Schumacher. Plasmado con una brutalidad e ingenio terrible que al mismo tiempo marca el contraste con la locura del Joker y nos hace descubrir un personaje nuevo y excelentemente logrado. Trayendo a esta nueva era de paz un aire bélico y apocalíptico que otorga a esta entrega (al igual que sucede en las anteriores) otra mirada de la cara del mal. No cabe duda que cada una de estas películas a presentado soberbios villanos que coinciden en el ingenio y la frialdad, pero separándose entre sí con marcadas personalidades que tocan distintas fibras del público.
Nuevamente nos encontramos con la retaguardia “mítica” de Freeman, Caine y Oldman, que nunca pasa desapercibida y le suma calidad y un aire épico a toda la historia. Al mismo tiempo siendo disparadores de giros narrativos y enriqueciendo la película con una sutileza que solo los grandes consiguen.
Bane. 
Este cierre se encarga de atar todos los cabos sueltos (algunos dignos de un análisis con respecto a su doble sentido) pero no cierra la puerta a nuevas entregas. Sin embargo queda claro que esta trilogía en sí ha culminado, y el próximo Batman tendrá la posibilidad de reinventar varios de sus aspectos así como una nueva historia y villano podrían resurgir. Podríamos detenernos a analizar ciertos aspectos que podrían haber sido reforzados o mejor tratados (sobre todo algunos pasajes de tiempo), pero son pequeñísimos detalles con los que no hace falta ensañarnos. Como dijo Frank Sinatra: “Errores he cometidos pocos, pero al mismo tiempo, demasiado pocos como para mencionarlos.”
Cada una de estas películas ha demostrado ser una gran, gran película por justicia propia, pero la trilogía como un todo ha superado las expectativas y se ha convertido en un clásico del celuloide. Esto no es una casualidad, sino un proceso llevado a cabo por un tratamiento y una mirada más “terrenal” y verosímil que comenzó a principios del siglo XXI con los X-Men.
Sin embargo, el mayor logro de Nolan ha sido alcanzar el zenit de un género, transformando las “películas de superhéroes” en “cine de superhéroes” y entregándonos el “Batman que todos necesitábamos” tanto para los amantes del género como para los cinéfilos en general.

jueves, 12 de julio de 2012

Deadman Wonderland


Título original: Deadman Wonderland
Año: 2011
Estudio: Manglobe



Hace diez años una anomalía conocida como “Hoyo Rojo” destruyó más de la mitad de Tokyo. En función del “Proyecto de Restauración Regional” se fundó la primera prisión manejada por una empresa privada, conocida como “Deadman Wonderland”. Esta utiliza a sus reclusos como entretenimiento para un público que precisa recuperar su ánimo y energía tras las catástrofes pasadas. Juegos de resistencia y muerte son llevados a cabo frente a audiencias multitudinarias, en un ambiente donde se fusionan las atracciones de un parque de diversiones con la furia y sadismo de un coliseo romano.
Ganta Igarashi se encuentra en el colegio con sus compañeros en lo que parece un día corriente de clases. Inesperadamente, un hombre de aspecto amenazante, envuelto en una capa roja y utilizando un casco que cubre todo su rostro a excepción de su boca, se acerca a la ventana y con un movimiento desata un poder que arrasa con todos los estudiantes del aula.
Ganta despierta confundido en medio de la masacre para encontrarse con este “Hombre Rojo”, que le introduce un cristal carmesí en su pecho y le perdona la vida. Sin embargo, nadie cree la historia de nuestro protagonista y es acusado de asesinato y sentenciado a muerte en Deadman Wonderland.
Deadman Wonderland.
Así comienzan las pesadillas que deberá soportar nuestro protagonista para sobrevivir en un mundo creado para los más fuertes, donde los internos llevan collares que lentamente inyectan veneno a sus cuerpos permitiéndoles tres días de vida, a no ser que con los créditos ganados en los juegos puedan comprar caramelos de antídoto y así obtener tres días más.
En principio pareciera una de esas series de supervivencia al estilo “Battle Royale”, pero a medida que la historia avanza, nuevos personajes y giros narrativos desvían la historia en varios arcos argumentales donde la premisa principal es el valor, las personas que uno tiene cerca, el sacrificio y los deseos de vivir más allá de cualquier obstáculo.
Shiro, una extraña chica albina de aspecto tribal y una ingenuidad peligrosa, será la “guardiana” y amiga más cercana de Ganta. Junto con otros personajes de menor trascendencia, pero que aportan a la historia y nunca carecen de carisma. Entre todo lo que acontece, descubrimos que esta prisión es mucho más de lo que aparenta a simple vista. En un sector oculto se encuentran los “Deadman”; seres con el poder de controlar su propia sangre y utilizarla como arma contra sus oponentes. Varios aparecerán en el transcurso de la historia, ayudando a nuestro protagonista a desarrollar y controlar sus poderes para  escapar de este mundo sádico y encontrar finalmente al “Hombre Rojo”.
La sangre de los "Deadman".
La estética del animé es similar a las de series de protagonistas adolescentes como “Evangelion” o “Full Metal Alchemist”. Con altas dosis de violencia y sangre,  nos mantiene siempre queriendo un poco más. El problema es que ese “poco más”, que nos deja un inquietante sabor de boca, quedará sin llenar debido a los pocos doce episodios que conforman la serie.
No estamos ante un manga comprimido en pocos capítulos. No busca un cierre definitivo, sencillamente no termina de resolver los conflictos o presentar un desenlace, dejándonos esperando nuevas entregas.
Esto no oscurece la calidad de la serie. Algunos personajes se pierden en el camino y su desarrollo no es llevado demasiado lejos, pero sin embargo no tenemos tiempo de extrañarlos y debemos concentrarnos en las nuevas apariciones y acción constante que arrastra el animé.
Gran  banda sonora, una historia bien narrada, una buena dosis de violencia (nunca injustificada ni elevándola a un nivel gore al estilo “Genocyber”) y excelentes personajes; hacen de esta una serie totalmente recomendable para todos aquellos que no tengan problemas con quedarse con “ganas de más”.


lunes, 9 de julio de 2012

The Dig


Título original: The Dig
Año: 1995
Compañía: LucasArts



Con una reputación consolidada en el mundo de las aventuras gráficas. Títulos como “Monkey Island”, “Indiana Jones and the fate of Atlantis” y “Maniac Mansion”; LucasArts lanza al mercado en 1995 “The Dig”.
Basado en una idea de Steven Spielberg  y con diálogos escritos por Orson Scott Card, está aventura presenta una faceta más seria a la que la compañía nos tenía acostumbrados. Menos dosis de humor y una trama desarrollada de manera inteligente.
La historia comienza cuando un grupo de astronautas se embarca en una misión para detonar al cometa “Atila” que se dirige en rumbo de colisión con la Tierra. A poco de comenzar, una serie de acontecimientos nos encierran dentro de una nave espacial de origen desconocido que nos transporta a un planeta a años luz del nuestro.
Toda la nostalgia de LucasArts.
Así comienza a modo de introducción nuestra historia. De aquí en más deberemos explorar este planeta desértico y extraño para encontrar una forma de volver a casa, al mismo tiempo que intentaremos descubrir los secretos del mismo.
Nuestros protagonistas a lo largo del juego serán: Boston Low, un veterano militar y nuestro personaje a controlar durante el transcurso del mismo; Maggie Robbins, una periodista con actitud; y Ludger Brink, un geólogo alemán de comportamiento cuestionable.
La acción se basa en un sistema sencillo de point n’ click, a diferencia de los menús de acciones a los que nos tenían acostumbrados las anteriores entregas de la compañía. Las ventanas de diálogo se expanden a medida que avanzamos en la historia y nuevos acontecimientos nos llevan a nuevos razonamientos y posibilidades.
El juego es sumamente atractivo, con personajes y escenarios dibujados a mano y mezcla de animaciones en 3D. Desde catacumbas y playas hasta cavernas y planetarios alienígenos. Todo conserva una estética uniforme donde conviven extrañas especies en un ambiente desolado con rastros de una tecnología que deberemos ir descifrando.
"Momento Giger".
La acción no abunda en esta historia, dando lugar a un guión que plantea asuntos de índole filosófica y reflexiva; abordando temas como el significado de la vida, la muerte y el éxtasis de alcanzar un peligroso plano de la existencia del que quizás no podamos volver. Todo bajo una paleta de colores cálida que mantiene un aire de “aventura familiar” al estilo bestseller de Spielberg.
A poco de terminar la “edad dorada de las aventuras gráficas” y lo que sería el ocaso de este género en 2D; “The Dig” es un digno entierro que dejará satisfechos a muchos. Aquellos que busquen revivir un momento en la historia de los videojuegos donde la trama te mantenía horas frente al monitor intentando todo tipo de soluciones simplemente para saber qué sucedería a continuación.
Este juego fue re editado en el 2006 junto con otros clásicos de LucasArts. Un género “muerto” que poco a poco está reclamando nuevamente su lugar con nuevos títulos de compañías menores e independientes, que buscan revivir ese encanto de las aventuras gráficas que es tan único como difícil de explicar.

miércoles, 4 de julio de 2012

El Increíble Hombre Araña


Título original: The Amazing Spiderman
Año: 2012
Dirección: Marc Webb


La historia del Hombre Araña se reinicia con una nueva propuesta y estética que más se acerca a la serie “Ultimate” de los comics que al propio “Amazing” que lleva su título.
Hay que entender que esta nueva entrega sobre el origen del “Trepa paredes” no busca ser fiel a la historieta original. La línea de tiempo en la evolución del personaje y la obtención de sus poderes se mantiene con escenarios alterados y nuevos conceptos de personajes. Nada de esto le quita valor al film que vuelca una nueva mirada, al mismo tiempo que busca constantemente giros originales que la diferencien de la trilogía anterior de Sam Raimi.
Sus actuaciones son sólidas (con Sally Field interpretando de a momentos una excelente tía May desconsolada y humanizada) y un Andrew Garfield que tendrá varias opiniones encontradas, pero no negativas.
No se busca aquí el estereotipado nerd estadounidense, inadaptado, acosado y rechazado. Se trata de un joven sencillo, tímido y que pasa desapercibido en su entorno sin ser encasillado bajo un rótulo. Este nuevo Peter Parker podría ser cualquiera de nosotros y eso genera una empatía que no nos resulta tan ajena como con Tobey Maguire.
La relación amorosa entre los personajes principales es bien planteada y creíble, mostrando una protagonista femenina fuerte e interesante que se aleja del formato de “dama en apuros” al que nos tenía acostumbrados Mary Jane.
Peter y Gwen.
Sin embargo, este nuevo protagonismo de Peter (que ocupa un lugar importante con o sin spandex) y su relación con Gwen, son los puntos  más desarrollados del film que, inevitablemente, transmiten una atmosfera adolescente y deja otros aspectos narrativos a mitad de camino. Algunos de los motivos que impulsan a los personajes no nos quedan del todo claros y avanzada la película la historia queda opacada por la acción.
“El Lagarto” es una excelente elección a la hora de un nuevo reinicio de la saga. No se trata de un personaje ni tan importante ni tan minúsculo en el universo del arácnido, por lo que resulta una opción lógica. Aunque esto no significa que el planteo propuesto sobre el mismo este bien ejecutado. Estamos ante un lagarto con capacidad de diálogo y razonamiento que inclusive tiene varios “planos americanos” que nos dejan tiempo de sobra para observarlo y restarle credibilidad. Su estética está a mitad de camino entre un reptil monstruoso y un humano de grandes proporciones que más podría haber funcionado como el “Killer Croc” en una película de Batman.
Rhys Ifans interpreta un decente Curt Connors que lejos está de ser impecable y aporta la cuota oscura a un film que pareciera no saber definir que matices utilizar para mantener una armonía. Por lo que esa “oscuridad” (palabra que parece estar muy de moda últimamente) se transforma en escenas “fuertes” dentro de un film “blando” que no consiguen sumar ni restar nada.
Visualmente tiene momentos increíbles, aunque los efectos de vanguardia parecieran trastabillar en algunas escenas de acción entre los personajes, incluyendo de a ratos tomas que funcionan o adquieren significado únicamente en formato 3D, pero que en la práctica están ahí sencillamente para que extraer algún “wow” o “aaaahhhhh” de los espectadores. Y en el “mundo real” que plantea la cinta, algunas incursiones de estos efectos consiguen una estética a medio llenar entre un cómic y un drama que no consigue dejarnos del todo satisfechos.
Podría haber sido espectacular.
La propuesta más interesante de esta cinta es el “nuevo” Hombre araña en sí. Con un formato estilizado y movimientos que hacen énfasis en la agilidad del personaje y nos mantiene siempre conscientes de que hay una persona llamada Peter Parker detrás de esa máscara.
Con una brecha cronológica bastante corta en relación a las última apariciones de Spidey en la pantalla grande, “The Amazing Spider Man” se centra en alterar y modificar varios aspectos de la narración que refuercen la verosimilitud del relato en un mundo "creíble", pero que denotan una constante necesidad de diferenciarse de la trilogía de Raimi y pareciera que no consiguen definir su propio leiv motiv.
Un interesante Hombre Araña, aunque su calidad de “amazing” quedará en la subjetividad de cada espectador.


viernes, 29 de junio de 2012

La llamada de Cthulhu


Título original: The call of Cthulhu
Año: 2005
Dirección: Andrew Leman


A mí entender, no existe nada más misericordioso en el mundo, que la incapacidad del cerebro humano de relacionar todos sus contenidos. Vivimos en una tranquila isla de ignorancia en medio de mares negros e infinitos, pero no fue establecido que pudiéramos llegar muy lejos. Hasta el momento, las ciencias, cada una orientada en su propia dirección, han causado poco daño; pero algún día, la reconstrucción de conocimientos dispersos dará a conocer tan terribles panorámicas de la realidad, y de lo terrorífico del lugar que ocupamos en ella, que solo podremos enloquecer como consecuencia de la revelación, o huir de la mortífera luz hacia la paz y la seguridad de una nueva era de tinieblas.
H.P. Lovecraft

Con un universo de seres ancestrales y poderosos que van desde lo profundo de los océanos hasta lo vasto del mundo onírico, habría material de sobra para que una producción a gran escala tuviera lugar en los pasillos de Hollywood, sin embargo, esto aún no ha sucedido. Podríamos detenernos a tratar de encontrar un porqué a este asunto, pero resulta más probable que la respuesta resida en que los “mitos lovecraftianos” así como su panteón de seres extraordinarios aún no haya alcanzado la popularidad que el mundo del cine consideraría “rentable”. Son muchos los fanáticos de este escritor, pero a diferencia de otros títulos llevados a la pantalla grande como “Harry Potter” y la saga “Crepúsculo”, los cuentos de Howard Phillips nunca se han convertido en una moda.
Cthulhu Superstar.
Incluso si nos ponemos a pensar sobre cómo sería una superproducción de uno de sus relatos, podríamos suponer que introduciría argumentos narrativos y personajes ajenos a los mitos para poder rellenar los espacios que dejan (ya que los cuentos de Lovecraft son muy breves en su mayoría) y, al mismo tiempo, buscar apelar a un público en general. Tampoco sería descabellado pensar en una fusión entre dos o más de sus relatos como “La sombra sobre Innsmouth” y “La llamada de Cthulhu” por mencionar los más populares.
Hasta la fecha, el “director lovecraftiano” por reiteración es Stuart Gordon. Con films como “Dagon”, “Castillo Maldito” y “Re-Animator”, siendo esta última la más reconocida por haberse convertido en una perlita del cine de terror de los ochentas. Aunque ninguna ha conseguido hacer justicia a los mitos, ni siquiera como un tributo al estilo de “En la boca del miedo” de John Carpenter.
En el 2005 aparece “La llamada de Cthulhu”, la única película de Andrew Leman en calidad de director. Lejos está de ser una gran producción, pero al mismo tiempo, es este factor lo que la vuelve la mejor cinta extraída de un relato de Lovecraft.
La decisión de hacer de esta una película muda en blanco y negro (que presenta sus diálogos con textos sobre placas negras) es quizás su decisión más acertada. Con movimientos y expresiones sobreactuadas como aquellos de la época insonora del cine, nos transporta a ese momento de la historia al mismo tiempo que logra captar la atmósfera y oscuridad del mundo de este escritor.
Las pretensiones de esta película no buscan exceder ni introducir o quitar nada del relato original. Hasta podríamos decir que estamos frente a una de las reproducciones más sinceras y fidedignas que se encuentran en la traslación de la literatura al cine. Sin rellenar esos espacios (que supusimos anteriormente podría necesitar una producción hollywoodense), razón por la cual su duración no llega siquiera a los sesenta minutos.
El gran Cthulhu regresará algún día.
Considero muy probable que el futuro nos presente una “superproducción lovecraftiana” con grandes y brillantes seres generados por computadoras que inviten a llenar las salas de todo el mundo; pero al mismo tiempo, dudo que ese mismo futuro nos traiga un esfuerzo artístico tan simple y honesto como lo es este film.
Quizás ese Howard Phillips exuberante, maquillado y repleto de efectos especiales que a muchos nos gustaría ver, no sería más que otra gran decepción para los fanáticos de este escritor.
Al fin de cuentas, quizás sea mejor que Hollywood no se meta.