jueves, 20 de septiembre de 2012

Resident Evil 5: Venganza.


Título original: Resident Evil: Retribution
Año: 2012
Dirección: Paul W. S. Anderson


Resdent Evil es el ejemplo de cabecera a la hora de hablar de “survival horrors”. Aunque hay otras sagas similares, ninguna ha alcanzado el grado de popularidad de los habitantes de Raccoon City.
Grandes personajes y escenarios, una historia bien desarrollada y ese suspenso constante de no saber que se encontraba detrás de cada puerta; no fue sorpresa que la saga se trasladara al cine, pero nadie imaginó el camino que tomaría.
Alice. Igual que siempre.
La primera entrega ya marcó un alejamiento de la historia original o al menos sentó las bases de una pre cuela de los acontecimientos por venir y que todo fanático de la franquicia conoce. La película no estaba mal formulada y su historia se sostenía por sí misma sin necesidad de depender de grandes actores o sobredosis de efectos digitales y conservando un balance entre la acción y el suspenso.
Las siguientes entregas introdujeron más elementos de la historia original (en especial la segunda parte) como personajes y giros narrativos o escenas extraídas casi directamente de los juegos, pero la trama seguía un rumbo independiente que se llevaba siempre un poco más al extremo con cada entrega como una competencia implícita de que tan espectacular y épica sería la siguiente Resident Evil, pero en el camino falló rotundamente.
Al igual que la primera, Paul W. S. Anderson regresa con esta quinta entrega titulada “Resident Evil 5: Venganza”. Uno pensaría que la saga bajaría un poco más a tierra buscando rescatar lo perdido con las entregas anteriores, aunque por lo visto no pudo escapar del estigma de sus predecesoras, dejándonos con una cinta que hace justicia a la saga únicamente porque comparten el mismo nombre.
Por supuesto que hay nuevos personajes del juego en esta entrega, pero totalmente descontextualizados y mal personificados, sencillamente ocupan un lugar debido a que no aparecieron en las películas anteriores. Malos diálogos, pobres actuaciones y ningún trasfondo que lo respalde o le sumen interés a los personajes, así debuta mediocremente Leon S. Kennedy, uno de los favoritos del video juego.
Mismo director. Mismo monstruo.
Ahora en versión XL.
Pero uno de los mayores errores de esta entrega es la espectacularidad que intenta alcanzar. Se desborda de efectos especiales para darle lugar al 3D y preponderancia a la acción eliminando la atmosfera y el suspenso por el cual la serie se volvió famosa en primer lugar. Incluso los maquillajes de los zombies son malos, similares a caretas de goma de bajo presupuesto, y hasta los podemos ver andar en moto y disparando armas de fuego. En ese momento, mi lucha interna por rescatar algo de todo esto, se desmoronó completamente.
Reaparecen viejos personajes ahora como enemigos. Una malvada Jill Valentine que ocupa un lugar para hacer una referencia descontextualizada del juego (RE 5 en este caso) y regresa Michelle Rodriguez  en forma clonada aunque nadie la extrañaba. La historia paralela que se desarrolla en base a la clonación y perfeccionamiento del “Proyecto Alice” han ocupado tal lugar que hasta nos hace olvidarnos de la verdadera amenaza de muertos vivientes.
Alice es un personaje particular. Aunque nos guste o no, su desarrollo a lo largo de la saga aportaba y enriquecía la continuidad de la misma, pero en esta última entrega pareciera que el personaje ya no tiene nada más que aportar.
Malas actuaciones, malos diálogos y acción gratuita sin una historia que atrape. Si en la primera los protagonistas se tenían que enfrentar a un “licker” (una de las criaturas), en esta tenemos un “super licker” gigante que no hace más que demostrar esa necesidad de “agrandamiento” de la saga, entrega tras entrega, que ha transformado a Resident Evil en algo que los verdaderos fanáticos de los video juegos ya no reconocen.

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